Abril, Mes de la Paz

Abril, Mes de la Paz

Fredy Franco (*)

La lucha por la paz es un principio irrenunciable de la nación nicaragüense, un valor humano fundamental y una garantía decisiva para un desarrollo humano estable, seguro y lleno de bienestar y dignidad humana, que en Nicaragua solo fue y es posible con la Revolución Popular Sandinista. Si no hay paz, no hay desarrollo humano integral y sostenible, y sin ese desarrollo, no hay paz.

Abril es el mes de la Paz, de las victorias permanente de la paz, que fueron reafirmadas en el año 2018 contra las fuerzas derechistas defensoras de un sistema lleno de violencia, explotación y desprecio humano. No debemos olvidar que de abril a julio del 2018 se desataron los demonios fascistas golpistas poseídos por el odio, la manipulación la mentira, el revanchismo, el terrorismo destructor y criminal.

Todos dirigidos por el imperio yanqui y ejecutados por sus mercenarios y peleles en Nicaragua, siendo derrotados estratégicamente por la lucha, el heroísmo y vocación de paz del pueblo nicaragüense. Y para reconocer ese aporte y ese tesón en la defensa de la paz, es que se define por Ley a abril como Mes de la Paz en Nicaragua.

1- La paz, conquista histórica y heroica del pueblo

La paz, conquista histórica y heroica del puebloLa paz fue y es conquistada como producto de la lucha histórica y heroica del pueblo nicaragüense durante cinco siglos, enfrentando al cruel, violento y deshumanizante colonialismo (español e inglés) y a la política de agresión y dominación del imperialismo yanqui y a sus fuerzas títeres: la oligarquía explotadora y vendepatrias.

La primera gran victoria de la paz se dio con el triunfo de la Revolución, porque se derrotó al imperialismo yanqui y a la dictadura somocista pro-imperialista que se impuso a sangre y fuego desde 1934, con el asesinato de Sandino y de una parte importante de los patriotas miembros del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, que luchaban por la paz después de derrotar a los interventores yanquis que alteraron la paz nacional.

El calvario y el infierno impuesto por el somocismo durante 45 años, cuando no tuvimos paz como pueblo, fueron aniquilados con la lucha justa por la libertad, la independencia, la dignidad y los derechos del pueblo. Con las transformaciones emprendidas por el FSLN en los años 80, fueron derrotadas las fuerzas generadoras de violencia y exclusión, reivindicando una sociedad llena de igualdad, fraternidad y bienestar colectivo, que es lo que hace realidad la paz.

Defendiendo la paz y el derecho soberano que tenemos como pueblo y nación es que nos enfrentamos a la guerra y al bloqueo criminal de la política yanqui en Nicaragua. En esta lucha por la paz y por nuestra patria fueron víctimas de la política terrorista yanqui más de 50 mil nicaragüenses.

El infierno neoliberal robó la paz y los derechos del pueblo. Además de la violencia y la inseguridad vivida, el pueblo no tenía asegurado ningún derecho básico, fueron arrebatados y despojados por los neoliberales. El que más del 60% de los nicaragüenses vivieran en pobreza, era la mayor expresión de la falta de paz. Ellos hicieron retroceder el desarrollo humano heredado por la Revolución.

Por eso, el FSLN dirigido por el comandante Daniel Ortega, en todo este periodo, estuvo luchando junto al pueblo contra las políticas neoliberales privatizadoras y deshumanizante, y en defensa de las conquistas de la Revolución. Y eso condujo luego al triunfo electoral del mes de noviembre de 2006, cuando a partir del 10 de enero de 2007 el FSLN reivindicó la restitución de derechos, trabajo y paz, y los comenzó a hacer realidad.

2- Restitución de derechos y construcción de la paz

La paz se logra si hay ausencia de guerra, violencia, inseguridad, discriminación y exclusión; y por la existencia y presencia de derechos, bienestar y dignidad, de la realización material y espiritual de los seres humanos.

Las transformaciones del gobierno sandinista en esta segunda etapa de la Revolución, fueron dejando atrás la nefasta herencia neoliberal, restituyendo el derecho a la educación, a la salud, a la energía eléctrica, al agua potable, al transporte, a la vivienda social, al derecho a la propiedad popular en el campo y la ciudad, al financiamiento justo con oportunidades económicas y sociales, al derecho al trabajo y a una infraestructura productiva y social moderna y de cobertura nacional para sustentar el desarrollo presente y futuro.

Todas esas transformaciones, con el protagonismo económico-social y político del pueblo, fueron reduciendo la pobreza a más de la mitad , construyendo equidad social y política de los trabajadores y productores, de las mujeres y los jóvenes, de los pueblos originarios y afrodescendientes, de todos los sectores sociales incluidos en la estrategia y el plan nacional de lucha contra la pobreza y el desarrollo humano.

Todo ese desarrollo es expresión de paz social y nacional, que se consolida con una estrategia de seguridad ciudadana y humana que asegura estabilidad, cuido, bienestar y protección frente a los factores multi-amenazas; e igualmente seguridad y soberanía alimentaria, produciendo y consumiendo la mayor parte de los alimentos que producimos. También la existencia de una economía puesta al servicio del pueblo para asegurar distribución justa o equitativa de la riqueza.

El que en una década el país y el pueblo nicaragüense lograra un desarrollo económico y social impresionante, llevó a los imperialistas yanquis a una campaña de ataque y de guerra psicológica y mediática para tratar de deslegitimar todo el progreso construido por el FSLN con el liderazgo del comandante Daniel Ortega. Por eso fueron preparando condiciones y buscando el momento para dar un golpe de Estado contra el gobierno sandinista y la Revolución.

Golpes contrarrevolucionarios como lo han hecho en el último siglo y lo han venido haciendo con más intensidad en las últimas décadas bajo distintas estrategias y variantes de las llamadas revoluciones de colores, guerras de quinta generación, guerras híbridas y los llamados golpes suaves de James Sharp, que han sido golpes duros combinando violencia terrorista, agresiones militares, desestabilización política e institucional, guerra económica y guerra psicológica- mediática, principalmente.

Con el triunfo contundente del FSLN en las elecciones nacionales de 2016 y las municipales de 2017, y en un país muy seguro, progresando y en paz, buscaron cómo revertir o detener dicho avance por la fuerza y con las mentiras y la manipulación; sobredimensionando o inventando hechos, buscaron los pretextos para desatar su intento golpista, lo que sucedió en abril de 2018.

3- Derrota al monstruo fascista y victoria del prodigio de la paz

El imperialismo yanqui destinó cienes de millones de dólares y aglutinó a las fuerzas derechistas vendepatrias, para provocar, como decían en su estrategia, el “cambio de régimen”.

Pese a la existencia de un marco de convivencia, diálogo y consenso construido por el gobierno sandinista con la mayoría de los sectores del país, poco a poco estos sectores fueron subordinando completamente su accionar a la aventura golpista, dirigida por Washington, entre ellos, principalmente a un sector del empresariado aglutinando en el Cosep y la cúpula de la Iglesia Católica. Junto a estos sectores, también estaban las Ong’s, los medios de comunicación de derecha y una parte de los grupos políticos del país.

Inventando, mintiendo o manipulando hechos como la reforma a la seguridad social, un incendio en la reserva Indio- Maíz y de un supuesto o inventado joven muerto, desataron su guerra mediática nacional e internacionalmente; y su accionar terrorista contra el pueblo, contra los militantes sandinistas, destruyendo centros de salud, colegios, universidades y locales de instituciones públicas y municipales, ataques a unidades policiales y la instalación de los tranques de la muerte en distintas partes de la nación.

El Presidente de la República revirtió la medida del Seguro Social y llamó al diálogo, incluso ordenó a que la Policía se replegara a sus unidades.

Pero la violencia terrorista siguió, y aún cuando el diálogo se instaló con la presencia de las máximas autoridades, éste no avanzó precisamente por la intransigencia de los golpistas que pedían la renuncia del Presidente y disolución de todos los poderes del Estado.

Creer que el sentarse a dialogar era sinónimo de debilidad era una premisa falsa de la que partían los golpistas, ya que el intento golpista nunca puso en riesgo el poder público institucional y constitucional de Nicaragua. Hubo un segundo intento de diálogo que igualmente no prosperó por la intransigencia de estos sectores, pues exigían cuestiones que alteraban el orden constitucional y democrático de Nicaragua, entre ellos, el adelanto de las elecciones.

Al final fue el propio gobierno sandinista y sus instituciones que liberó a todos los participantes en la intentona golpista a través de una Ley de Amnistía, que además estableció el principio de la No Repetición.

Por el gran daño humano y económico al empleo, a la tranquilidad y a la paz, el pueblo fue rechazando cada vez mas la violencia terrorista y pidiendo volver a la normalidad y a la paz secuestrada; el Presidente de la República ordenó la actuación de las fuerzas policiales junto a policías voluntarios organizados en Brigadas de Paz, para desalojar a los terroristas de los tranques y liberar barrios, ciudades o pueblos secuestrados por la violencia criminal, cruel y degradante de los golpistas terroristas.

De nuevo, el 17 de julio de 2018 fue otro gran Día de la Alegría, el pueblo fue libertado de los tranques y de los criminales golpistas que alteraron la paz de nuestro pueblo. Y acuñamos la consigna: No pudieron, ni podrán! La nación y el pueblo todo recuperamos la paz para nunca más volverla a perder. La paz, ese gran valor humano, ese gran prodigio que promueve derechos, amor, convivencia y responsabilidad compartida y equitativa

4- La victoria de 2018 ensanchó el camino pacífico y soberano de Nicaragua

La victoria de 2018 fue contra la política yanqui en Nicaragua y contra las fuerzas vendepatrias golpistas. Fue una victoria de la paz y del convencimiento profundo que debemos construirla y defenderla con toda la decisión y el compromiso de que nunca más seamos víctimas de un momento triste, doloroso, cruel, lleno de horror y terror como el del 2018. Por eso dijimos desde el 2018: ¡Con la Paz no se juega!

Hemos fortalecido en términos políticos, jurídicos e institucionales la soberanía y la paz de Nicaragua. Si no hay soberanía no hay paz. Y si no hay paz, no hay desarrollo humano estable y permanente.

Hemos aprendido con Sandino que la soberanía de un pueblo no se discute, se defiende con todas las armas y en estos seis años que han pasado después del intento golpista, todos los frentes de lucha para defender la soberanía, la paz y el progreso de Nicaragua se han fortalecido.

Incluso, recientemente se le aplicó la Constitución, las leyes, entre ellas la Ley de Amnistía y el principio de No Repetición, a cienes de golpistas que continuaron en sus andadas desestabilizadoras, vendepatrias y criminales. Se estableció en nuestro marco legal y constitucional que quien es declarado vendepatria por el tribunal correspondiente pierde su nacionalidad. Por eso, 222 golpistas vendepatrias, que ya no son nicaragüenses, fueron mandados a traer por su amo, el imperio yanqui.

En la lucha por consolidar la construcción y defensa de la paz se aprobó la Ley 1197, Ley que declara el mes de abril en Nicaragua como Mes de la Paz, para recordar y promover acciones que creen más conciencia y compromiso con la paz de nuestra nación libre y soberana, y de nuestro pueblo digno, generoso, valiente y heroico.

(*) Cientista Social e Historiador, profesor titular UNAN-Managua.

1 Comment

  1. Está bien recopilado toda la historia.
    Lo que el pueblo ha vivido .
    Desde Somoza y la era neoliberales. Y el tiempo de nuestra revolución sandinista..
    Nuestros logros y los derechos restituidos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *