Hugo Alberto Mejía Briceño, “El profe”
Una vida entregada a la educación y revolución

Hugo Alberto Mejía Briceño, “El profe”Una vida entregada a la educación y revolución
  • Ganó las elecciones del CUUN y posicionó al FER en la ruta de la victoria
  • Carlos Fonseca lo motivó al despertar de los estudiantes
  • En Cuba se encontró con Oscar Turcios, Pedro Arauz y Juan José Quezada
  • Preso y torturado junto a René Núñez

David Gutiérrez López

Una calurosa tarde a finales de octubre de 1968, cuando en Nicaragua se vivían graves secuelas de acontecimientos armados que finalizaron en masacres perpetradas por tropas de la Guardia Nacional (G.N), un joven estudiante caminaba bajo los aleros de las viejas casonas construidas de taquezal y tejas del antiguo barrio San Antonio en Managua, hacia un encuentro que lo marcaría y comprometería con la causa sandinista para toda su vida.

Hugo Mejía Briceño, de tez morena, alto y de voz fuerte, cualidad que le sería vital para desarrollar sus dotes de orador político y docente universitario, atendía una invitación que le transmitió Pablo Cuadra, su condiscípulo de la carrera de Economía, quién le dijo: “Hay un compañero que quiere hablar con vos”.

Cuando entraron a la vivienda encontraron a una pareja de adultos mayores y un poco más distante estaba el misterioso compañero quien lo saludó fraternalmente y rápidamente le preguntó a Hugo sobre el estado del movimiento estudiantil, además indagó por algunos de los entonces dirigentes del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN).

Sin tiempo ni razón para las presentaciones, el hombre alto, flaco y de profundos ojos azules cuyo color y volumen parecían más grandes detrás de los gruesos cristales, era Carlos Fonseca Amador, quién recién el 27 de agosto de 1967 había pasado por la amarga experiencia del revés militar con la guerrilla de Pancasán, lo que conllevó al jefe sandinista a plantearse una profunda reflexión sobre las formas de lucha para derrocar a la dictadura militar somocista.

Hugo, actualmente de 80 años de edad, catedrático de Economía e instructor político, ahora recuerda y revela por primera vez públicamente, que esa tarde Carlos Fonseca, le preguntó: ¿Usted está dispuesto a trabajar…? La respuesta del estudiante y entonces dirigente estudiantil en su cargo de presidente del CUUN fue un sonoro si con lo que marcó su compromiso de por vida con el Frente Sandinista y su lucha de liberación.

De esa tarde también recuerda que, a la hora indicada de marcharse el jefe guerrillero, llegó un joven a recogerlo en un “Jeep” al que tiempo después conoció en la UNAN como el profesor Ricardo Morales Avilés, posteriormente miembro de la Dirección Nacional del FSLN.

Una bala de Garand le rozó la cabeza

Hugo MejíaEn Managua, el 23 de julio de 1960, al conmemorar el primer aniversario de la masacre estudiantil en León del 23 de julio de 1959, donde resultaron cuatro estudiantes asesinados y varios heridos, algunos con sus piernas desprendidas, a Hugo le pasó silbando por la cabeza una bala de fusil Garand, que le provocó un desmayo, sus compañeros al verlo bañado en sangre lo arrastraron y condujeron al Hospital Central en el que con mucha cordialidad y humanismo fue atendido por los médicos. Era su primera acción política de protesta y su primer refilón de bala, cicatriz que lo acompaña todavía.

Ese mismo día asesinaron al joven estudiante Julio Oscar Romero López, quien padecía de un impedimento físico que le dificultaba correr, situación que lo puso vulnerable ante las balas que salían de la boca de los fusiles disparados por los soldados somocistas.

Sus inicios en la Juventud Universitaria Católica (JUC)

En 1963, después de bachillerarse, ingresó a la facultad de Economía de la UNAN, Managua, ubicada en una casona de las famosas hermanas y maestras Soriano, cercana a la sorbetería La Hormiga de Oro.

En esa época los jóvenes social cristianos controlaban la conducción del CUUN. Hugo se comenzó a vincular con la Juventud Universitaria Católica (JUC), con un fuerte arraigo e influencia de los teólogos católicos promotores de la Teología de la Liberación, donde también participaban algunos miembros del Frente Estudiantil Revolucionario (FER).

Sobreviviente de la masacre del 22 de enero de 1967

El 22 de enero de 1967, se convirtió en un domingo sangriento. El Partido Conservador de Nicaragua (PCN) y su dirigente el oftalmólogo Fernando Agüero Rocha, convocaron a sus miembros y simpatizantes a una concentración de cierre de campaña para las elecciones presidenciales en febrero de ese año, cuyo adversario era el dictador general Anastasio Somoza Debayle, quien cerraba campaña por el Partido Liberal Nacionalista (PLN) en su natal ciudad de León.

Luego, los manifestantes se negaron a desmovilizarse y comenzaron la marcha sobre la avenida Roosevelt rumbo a la Loma de Tiscapa, donde operaba la Casa Presidencial, el poder político y militar. Hugo y algunos compañeros se encontraban cerca del almacén Carlos Cardenal (el primero en traer escaleras eléctricas) comenzando una intensa balacera cuando la guardia impidió el paso de los protestantes.

Hugo recuerda haber escuchado al líder opositor Agüero Rocha, momentos antes de la masacre, explicarles a sus seguidores dentro de una casa cercana (reunión en la que él se coló) que todo estaba arreglado con la guardia para que dejaran pasar la marcha y por consiguiente darle un golpe de Estado a Somoza. La realidad fue que todo era un engaño y producto de ello, centenares de sus correligionarios fueron asesinados y otros heridos ese funesto domingo sangriento en Managua.

Ganó la presidencia del CUUN

Por un acuerdo entre los universitarios, la sede del CUUN se alternaba un año en Managua y otro en León. En septiembre de 1968 le correspondía a la capital.

Hugo, en ese momento presidente de la Asociación de Estudiantes de Economía, se lanzó como candidato independiente, porque la JUC no respaldaba ni promovía candidaturas, su contrincante próximo en la Facultad de economía era el socialcristiano Erick Ramírez, a quién venció en esa contienda, resultando electo presidente del CUUN en las votaciones generales de la UNAN.

Desde agosto de 1969 en el IV Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua “Mártires por la Liberación”, el CUUN pasó a ser controlado por el FER y Hugo, después del encuentro con Carlos Fonseca Amador, le imprimió un concepto evolutivo a partir de las reflexiones del FSLN de combinar todas las formas de lucha, acompañando la lucha armada con un amplio movimiento de masas con la participación de amplios sectores sociales dispuestos a luchar y derrocar a la dictadura de la familia Somoza sostenida por un ejército a su servicio.

Después de las dolorosas experiencias guerrilleras de Raití- Bocay en 1963 y Pancasán en agosto de 1967, de esas reflexiones en 1969, surgió el Programa Histórico del FSLN, reflejando una interpretación fiel de la realidad social de Nicaragua con los postulados fundamentales para guiar las transformaciones revolucionarias.

La tarea de difusión de los 15 puntos del programa le correspondió al Movimiento Estudiantil, aglutinados en el CUUN y el FER, utilizando para ello la tecnología de los mimeógrafos que reproducían los documentos impresos en esténcil.

Carlos les orientó tomarse el Palacio Nacional

El 2 de octubre de 1968, en la ciudad de México ocurrió una horrorosa matanza de estudiantes que realizaban una protesta en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, cuando soldados del ejército apoyados con tanques blindados dispararon a mansalva sobre la masa de más de 150 mil jóvenes universitarios, sindicalistas y población que se habían reunido a protestar por la escalada de represión y violencia contra los estudiantes, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz. Nunca se conoció en realidad la cantidad de muertos, porque el gobierno de Díaz Ordaz se empeñó en ocultarlos en medio de las condenas internacionales.

Dos días después en Managua, el 4 de octubre los estudiantes universitarios luego de escuchar discursos de denuncia por la matanza de Tlatelolco, marcharon desde la facultad de Economía hasta cerca del Parque Central, donde se ubicaba el edificio Palazio, en el que en uno de los pisos se encontraba la sede de la embajada de México, a la que le lanzaron pedradas y arrancaron el escudo metálico que se encontraba en el portón, en la Managua pre terremoto.

Después de ese suceso en el que acusaban a Díaz Ordaz de asesino, el rector Carlos Tunnerman amonestó a Hugo Mejía, por el incidente de la retención del escudo de la sede azteca, solicitándole, como representante de los estudiantes y principal orador, devolvieran el escudo.

En diciembre de ese mismo año, planificaron la toma del Palacio Nacional, donde sesionaban los diputados liberales somocistas y los conservadores. El planteamiento de los universitarios era demandar al gobierno un aumento al presupuesto de la universidad nacional para ampliar cupos de matrícula, mejorar las condiciones de estudio y edificios entre otras demandas.

El entonces dirigente del CUUN Hugo Mejía propuso establecerse en el lugar en una huelga de hambre, pero cuando llegaron al Palacio, no calcularon que ese día los diputados se habían marchado temprano a sus casas, finalizando su periodo laboral para iniciar las vacaciones navideñas.

Ante esa situación Hugo recordó la orientación que le sugirió el comandante Carlos Fonseca de tomarse el Palacio como una acción que despertara y movilizara al movimiento estudiantil que a su criterio en esa época se encontraba adormecido y optaron por declararse en huelga de hambre y sentados con mantas y carteles en ambos extremos de las escaleras de entrada, en forma pacífica.

Horas después llegaron estudiantes en manifestación acompañados de una comisión de profesores entre otros los decanos Násare Habed López, Julio Vega y el doctor radiólogo Roberto Calderón Gutiérrez, para convencerlos a deponer la huelga de hambre ante la amenaza de ser desalojados, golpeados y apresados por la guardia de Somoza.

Efervescencia por la caída de Julio Buitrago y la denuncia de Doris Tijerino

El 15 de julio de 1969 un solo hombre armado de una ametralladora M-3 se enfrentó solitario a más de 200 guardias apoyados por tanques, armamento pesado y aviones artillados. La valentía de aquel muchacho jefe de la Resistencia Urbana del FSLN, comandante Julio Buitrago Urroz, admiró a los nicaragüenses que le tomaron simpatía por su coraje al enfrentarse por más dos horas desde una casa de seguridad, conocida como las Delicias del Volga.

La captura en el sitio de la militante Doris Tijerino y su posterior denuncia pública de vejámenes y torturas practicadas por agentes de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), generaron una ola de repudio, condenas y protestas contra Somoza y su guardia represiva criminal, al frente de ellas estaban los estudiantes universitarios.

En el contexto de esas protestas, Mejía Briceño recuerda una jocosa anécdota ocurrida en León, ciudad a la cual llegó una banda de músicos norteamericanos a ofrecer un concierto en la Universidad. Los estudiantes prepararon una protesta en contra de los yanquis y en cierto momento hicieron estallar unas bombas artesanales de las utilizadas en las fiestas patronales, provocando que los músicos se sobresaltaran incluyendo a una joven violoncelista que terminó desmayada.

La acción y sus consecuencias generaron una fuerte reacción del rector Tunnerman y del secretario general Alejandro Serrano Caldera, quienes contemplaron la expulsión de Mejía Briceño y otros estudiantes, pero al final, después de una conversación, todo se arregló.

A Cuba con la OCLAE haciendo la ruta de retorno de los miembros de las D.N

En 1969, un misterioso hombre llevó a Hugo una invitación para asistir en diciembre a una reunión en Cuba de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) (surgida el 11 de agosto de 1966), en la Habana, Cuba la cual aceptó y se dispuso a realizar un periplo que inició en El Salvador, pasando por varios países europeos entre otros Francia y Checoslovaquia.

Uno de los objetivos era participar en la zafra azucarera cuya meta era producir 10 millones de toneladas de azúcar. Hugo recuerda que de largo vieron a Fidel con machete en mano cortando caña al igual que miles de cubanos e invitados extranjeros. Por la noche se reunieron con el líder revolucionario en un campamento cañero y al preguntar por la delegación de Nicaragua, Hugo se presentó y Fidel le comentó que tenían de huéspedes a unos compañeros del FSLN que meses antes se habían llevado secuestrado un avión de la NICA. En esa ocasión viajó con un pasaporte cubano con el nombre de Catalino Flores.

Días después lo contactaron con Oscar Turcios Chavarría, Pedro Arauz Palacios y Juan José Quezada (estos dos últimos autores del secuestro del avión) con quienes conversó principalmente sobre el estado de la lucha en el movimiento estudiantil. Antes de despedirse Oscar Turcios le confió a Hugo que retornaría al país a inicios de 1970 comisionándole hacer el recorrido de una ruta que él mismo utilizaría para su retorno a Nicaragua, para ello le facilitó teléfonos y contactos.

La ruta por Europa, esta vez incluía Suiza, pasando por Ginebra, donde se reencontró con Patricio Argüello Ryan, (caído durante el fallido secuestro de un avión en solidaridad con la causa palestina el 6 de septiembre de 1970) a quien había conocido en la universidad precisamente después de la muerte de Julio Buitrago, cuando llegó a dictar ideas sobre las corrientes y teorías revolucionarias, actividad realizada en el Paraninfo de la UNAN, León, en la que Leonel Rugama, leyó sus poemas, entre ellos La Tierra es un Satélite de la Luna.

Preso con René Núñez en la Colonia Dambach

A mediados de 1970 a René Núñez Téllez y a Hugo Mejía les dieron la misión de trasladar unos “muebles” que estaban en un apartamento de la Colonia Dambach, cerca del parque Candelaria. Al llegar al sitio fueron sorprendidos por un hombre armado de una ametralladora, identificado como Pedro José “Peché” Chamorro Poessy (agente de la seguridad somocista) quién los conminó a tirarse al suelo boca abajo.

En esa situación desconcertante se encontraban cuando a bordo de un bus urbano pasaba la militante Glenda María Monterrey, quién al reconocerlos corrió hacia la universidad para alertar que los compañeros estaban detenidos.

“Ella (Glenda Monterrey) nos salvó de una segura desaparición” expresa Hugo al recordar esa amarga experiencia que le costó varios días de tortura en la OSN con una capucha puesta en su cabeza y una condena de seis meses de “segura y formal prisión” dictada por el coronel somocista Luis Ocón, la que cumplieron en la cárcel de El Hormiguero. Hasta el inocente chofer del camión contratado cayó preso. Los acusaban de posesión de armas, las que nunca lograron ver en el traslado de “los muebles” a la finca de su padre en Jocote Dulce.

Años después “Peché”, ex funcionario somocista apareció muerto a balazos. El Diario Novedades propiedad de Somoza, publicó la noticia mencionando como principales sospechosos del asesinato a Hugo y René. Hugo, entonces profesor universitario solamente se resguardó unos días y cuando observó que la guardia no lo buscaba salió a la vida pública. Al parecer se trataba de un “chamarrazo” (noticia inducida) elaborada por la maléfica mente de los agentes somocistas para observar el comportamiento de los muchachos y desviar la atención de los verdaderos asesinos.

El personaje

Hugo Mejía BriceñoHugo Alberto Mejía Briceño, nació en la comarca Jocote Dulce, en Managua el 30 de mayo de 1943. Hijo de Simón Mejía Pérez y Rosario Briceño Mayorga, maestra y directora fundadora de varias escuelas de primaria, entre ellas la de Jocote Dulce y la República de Cuba, que en esos años se ubicaba en una casa cerca de Gadala María.

Está casado con Amparo Gutiérrez. Procreando a Xóchitl, Yaosca y un varón Xilot. Es abuelo de tres nietos y una bisnieta.

Se bachilleró en el instituto Nacional Miguel Ramírez Goyena. Se graduó de economista en la UNAN, Managua, institución en la que se convirtió en catedrático y a la vez organizador de los profesores, formando varias células de apoyo a la lucha del FSLN.

Recién el triunfo de la revolución ingresó a la retaguardia de la Campaña Nacional de Alfabetización y a un batallón de reservistas en el barrio San Judas. Es fundador de la Confederación Nacional de Profesionales (CONAPRO) a quienes representó en el Consejo de Estado de 1981 a 1984. Formó parte del Consejo Nacional de Universidades (CNU). Trabajó en la estructuración del Consejo Supremo Electoral (CSE) y el Consejo y Asamblea de Partidos Políticos previo a las primeras elecciones libres y soberanas de 1984.

Fue profesor de la Escuela de Cuadros Filemón Rivera, formando a los alumnos en el pensamiento nacionalista y antimperialista del General Augusto C. Sandino. Previo a la victoria fue instructor político en un campamento guerrillero en Honduras.

En el periodo de los años 90 hasta el 2007 trabajó en las campañas coordinadas por el comandante Luis Guzmán Luna, “el Chiri”, realizando a la vez tareas en la Secretaría del FSLN. Con la victoria electoral del 2007 le correspondió dirigir el primer postgrado en Administración Pública, Economía y Políticas Públicas, impartido en la UNAN Managua.

2 Comments

  1. Larga y respetable trayectoria del Profesor Mejía. Esta es la naturaleza de los “imprescindibles”.
    Su familia debe estar muy orgullosa, aunque él siempre ha sido humilde y accesible, razón de mas para respetarlo. Larga vida al profesor Mejia.

  2. Admiro Profundamente a el Sr Hugo Mejía, Hombre Integro , Inteligente Culto Honrado Padre y Esposo Perfecto, hijo y Hermano Amigo. Quien le conoce diria que fue hecho con molde Unico. Su familia intachable. Su trayectoria gigante, pero la humildad de su alma y sencillez de su humanidad ocultan su grandeza

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