De lo Político a lo Geopolítico: El Estado Profundo en el gobierno de Biden y su filosofía del negocio de la guerra

De lo Político a lo Geopolítico: El Estado Profundo en el gobierno de Biden y su filosofía del negocio de la guerra

Manuel S. Espinoza J. (*)

En el mes pasado en Visión Sandinista publicamos un artículo sobre el “Mega Fraude del Estado Profundo en las elecciones USA” (https://radiolaprimerisima.com/opinion/el-estado-profundo-en-el-gobierno-de-biden/) develando sus artimañas electorales las que hoy los tienen en una profunda crisis política que ya anuncia hasta la posibilidad de la guerra civil vía la disputa jurídica post electoral, que los pueda llevar hasta la secesión territorial y otros factores de corte racial y económicos como también habíamos apuntado en el número 302 de junio de este año.

En esta entrega ampliamos de manera tangible cómo el “Estado Profundo” (Deep State) a través del sistema de empresas privadas y los centros de pensamiento “Think Tanks” no solo se apresuran a penetrar las estructuras del posible gobierno norteamericano de Joe Biden si Donald Trump fracasa en su intento prolongado de revertir la victoria electoral demócrata el 3 de noviembre pasado, sino su modo de operar desde el posicionamiento gubernamental.

Donald Trump dio un importante discurso que nos permite develar la falta de democracia y la profunda corrupción sistémica en los Estados Unidos. Lo primero no nos interesa, pero lo segundo tiene que ver con el negocio de la guerra, la destrucción y esclavitud de los pueblos.

Fue durante su toma de posesión el 20 de enero del 2017, que desenmascaró al famoso “Establishment” (Elite de poder) como una cruda realidad del poder en la sociedad norteamericana.

“….Durante demasiado tiempo, un pequeño grupo en la capital de nuestra nación ha cosechado las recompensas del gobierno, mientras que la gente ha asumido el costo. Washington floreció, pero la gente no compartió de su riqueza. Los políticos prosperaron, pero los trabajos se fueron y las fábricas se cerraron.”

“El Establishment se protegió a sí mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro país. Sus victorias no han sido tus victorias; sus triunfos no han sido tus triunfos; y aunque celebraron en la capital de nuestra nación, hubo poco que celebrar para las familias en apuros en toda nuestra tierra”. Todo eso cambia, comenzando hoy aquí….esta carnicería estadounidense se detiene aquí y se detiene ahora mismo”.

Trump se refería al ejercito de burócratas, tecnócratas y políticos en el congreso y gubernaturas que desde sus posiciones a todos los niveles del gobierno USA le hacen el negocio lucrativo al verdadero capital mono y oligopólico; lo que convierte al final al gobierno en una marioneta que baila al son de enormes sumas de dólares.

Trump vs el nivel del Estado Profundo dentro del Gobierno USA.

Por eso al día siguiente, Trump visitó la Central de Inteligencia (CIA) y presentó a su nominado al puesto de Director; a Mike Pompeo, un republicano de Kansas, miembro del Tea Party dentro  del Partido Republicano y miembro de la Cámara de Representantes de 2011 a 2017 y quien había criticado a Hilary Clinton durante las audiencias sobre lo ocurrido en Bengasi; una de las mayores acciones de ataque mediático de los republicanos contra la candidatura presidencial de Clinton.

La visita tenía la urgencia de darle a entender a toda la comunidad de inteligencia (entre estas el FBI y la NSA) quien era el jefe principal ahora y que de igual manera que estaba sustituyendo al Director en la CIA, Jhon Brennan, (actual enemigo de Trump) lo haría con los directores del resto de agencias secretas sobre todo de aquellas que estaban iniciando el ruido de la “injerencia rusa a favor de su victoria electoral”, que ya iniciaba a tener eco en los medios de comunicación norteamericana.

Trump que viene del Establishment conocía a ciencia cierta los métodos de presión y chantaje que instituciones como el FBI, la CIA, NSA, suelen implementar contra los mismos presidentes USA en función de autorizar los contratos la compra por parte del Estado federal del armamento y tecnología para las guerras abiertas de intervención y toda una gama de acciones ilícitas internacionales para complacer los bolsillos de sus verdaderos jefes empresarios en el establishment.

Estos métodos de coerción que implementan los servicios secretos a través de los escándalos políticos prolongados son parte de su arsenal permanente y modus operandis. Como ejemplos recientes fueron los escándalos contra Hilary Clinton siendo Secretaria de Estado sobre la muerte del embajador USA Christopher Stevens, varios soldados y funcionarios en Bengasi y el famoso descubrimiento del mal manejo de sus correos oficiales electrónicos, que la mantuvieron bajo el escrutinio público durante toda la campaña electoral creándole toda una situación adversa de opinión pública.

Sobre todo, tras el anuncio en los medios corporativos el 28 de octubre del 2016 a tan solo 11 días de las elecciones que filtró Jason Chaffetz, presidente republicano del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre el descubrimiento de que más correos electrónicos de Hillary encontró el FBI en la computadora de Anthony Weiner, (esposo de una asistente de Hillary Clinton) reabrían el caso. Esto logró que, en las encuestas, Clinton bajara enormemente del 5,9 % al 2,9 %. En los estados indecisos, su ventaja descendió del 4,5 % al 1,7 %.

Trump entendió que la “involuntaria y necesaria” comunicación del FBI al congreso para informarle lo encontrado, había contribuido a darle el golpe final a las aspiraciones presidenciales de Hillary Clinton y a dos términos de administración demócrata. Trump que conoce esos métodos desde luego no los creía tan “involuntarios” porque desde la oficina del FBI en Nueva York le habían filtrado sobre esto dos días antes a el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, (republicano y amigo personal de Trump) quien prontamente apareció en el canal Fox News y dijo que Trump tenía “una sorpresa o dos de las que escucharían en los próximos dos días”.

Trump entendió con claridad que la filtración del FBI en Nueva York era el mensaje del nivel superior del “Estado Profundo” que apoyó a Hillary al inicio pero que ya la había descartado como futuro presidente de los EE. UU y que su apuesta estaba ahora en su futura administración presidencial. Por eso como en toda película de mafiosos solo era cuestión de ponerse de acuerdo en el futuro y no romper las reglas de un juego corrupto ya institucionalizado y con serios jugadores infiltrados en el gobierno norteamericano. Solo que había un detalle y es que Trump es un magnate que no se iba a subordinar a la guía de funcionarios burócratas.

Trump entendió lo que se traían entre manos los servicios secretos tras varios encuentros con el director del FBI, James Comey, (quien fue el que comunicó “involuntaria” pero necesariamente al congreso sobre el redescubrimiento de más correos electrónicos de Hillary) y que inmediatamente tras haber ganado las elecciones en noviembre del 2016 le compartió a Trump sobre la investigación inicial acerca de “la injerencia rusa” donde participaban también la CIA y la NSA entre otras agencias de la comunidad de inteligencia.

Y es sobre este nivel burocrático gubernamental del “Estado Profundo” al que se refiere Jason Chaffetz en su libro del 2018: “El Estado profundo: cómo un ejército de burócratas protegió a Barack Obama y está trabajando para destruir la agenda de Trump”. En su obra explica cómo el gobierno federal se había convertido en una rama del Partido Demócrata en la última década y cómo le ayudó hasta cierta lógica a sobrevivir de los escándalos prolongados a la administración Obama y porque luchan dentro del sistema para su propio beneficio.

De ahí, que Trump hizo hasta lo imposible para despedir desde su llegada a la Casa Banca a tantos posibles funcionarios especialistas heredados del gobierno federal de la era de Obama, que se conocen como el “BLOB” (la elite de política exterior). Con esto aseguraba cierto nivel de “lealtad personal y política” con los nuevos contratados, no sin dejar de caer en la mediocridad de las decisiones y acciones de política exterior que con bastante lógica le acusan hoy dentro y fuera del país e inclusive hasta sus aliados y por la que ahora paga un precio muy serio en su revés electoral.

Basta con repasar la problemática critica de funcionabilidad del ejecutivo en sus primeros seis meses al no poder ubicar a verdaderos especialistas en su gabinete como fue el caso de su secretario de Estado o el consejero de Seguridad nacional. Sobre mucho de su irracionalidad personal, política y actuación mediocre en todas las esferas de su administración basta con leer el libro de Jhon Bolton de junio de este año: “La oficina donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca”. Y ni se digan los que se publicarán en un breve futuro todos estos funcionarios resentidos.

Pero su lucha contra apenas ese nivel burocrático del Deep State parece, que no ha tenido un final feliz. La deserción permanente hasta hoy día tras su evidente derrota electoral, la fuga de información, el resentimiento interno y asolapado de los funcionarios a todos los niveles por su soberbia y egocentrismo debilitaron mucho a la administración Trump.

La estrategia de ser el único interlocutor entre capital financiero y la industria militar, tecnológica y energética y no a través de cuadros intermedios parece tener ya un final con la posible llegada de Biden. Parece resistirse aún a reconocer que el “Estado Profundo” utiliza tanto a los partidos en el poder como en la oposición para sus beneficios corporativos de lucro. Al final el BLOB y él mismo son productos del mismo sistema.

EL Retorno del “BLOB” (la Mafia de la Política Exterior)

Hoy ese enorme complejo de burócratas, tecnócratas y plutócratas que algún día Trump creyó expulsar del gobierno desde la oposición demócrata han hecho un enorme capital desde las empresas privadas y centros de pensamientos “Think Tanks”, que los contrataron al terminar el periodo de Obama. Mientras Trump lucha por impedir “jurídicamente” la llegada de Joe Biden a la casa Blanca, los BLOB están instalándose rápidamente en el gabinete de Biden y en todos los niveles del gobierno. Desde ya amenazan no solo los vestigios de política exterior que herede la administración Trump, sino que también al mundo entero.

Al revisar a los ya anunciados funcionarios a integrar la administración Baiden en los puestos claves entorno a la seguridad nacional, uno puede comprobar la conexión entre los tres niveles principales del “Estado Profundo”. El primero de forma ascendente compuesto de los funcionarios del gobierno norteamericano que junto a los del segundo nivel que integra a los estudiosos en los centros de pensamiento inventaran las amenazas de seguridad nacional y recomendaran e implementaran las acciones necesarias para la seguridad de los EE.UU.

Esto solo se puede conseguir si se asegura la compra del armamento necesario con la tecnología adecuada y para eso están los productores, fabricantes y empresas vendedoras de dichos productos de muerte con sus ejércitos de contratistas y cabildeadores que tienen por comprador número uno al Estado federal. Estos son los repartidores de la gratitud sin límites del Nivel superior del “Estado Profundo”.

Un pequeño ejercicio analítico al revisar las fichas técnicas de por lo menos cuatro de los funcionarios propuestos que ocuparan cuatro puestos clave que involucran permanentemente a los EE. UU con sus guerras rapaces nos pueden esclarecer que grado de continuidad o cambio tendrá la política exterior que conducirá la administración Baiden. Sobre todo, si entendemos que éstos ya estuvieron en puestos similares durante los dos términos de la sangrienta administración Obama hacia Libia, Siria y Yemen.

Los Jinetes del Apocalipsis de Biden

Jacob Jeremiah Sullivan. Propuesto para Asesor de Seguridad Nacional. Fue Vice-jefe de gabinete del Hillary Clinton como Secretaria de Estado. Posteriormente desde el 4 de febrero de 2011 hasta el 4 de febrero de 2013 fue Director de Planificación de Políticas. Lo que lo involucra con la generación de las guerras contra Libia y Siria. (2013 – 2014) fue Consejero de Seguridad Nacional del Vicepresidente de los Estados Unidos Joe Biden. Aconsejó al Gobierno estadounidense en la elaboración del acuerdo nuclear con Irán.

Tras la derrota electoral de Hillary Clinton se unió a la empresa Macro Advisory Partners, una empresa de asesoría de riesgos asesoró a las empresas Lyft y Uber. A partir de 2020, es un distinguido miembro no residente de Carnegie Endowment for International Peace.Es el centro de pensamiento “Think tank” número uno de carácter global con sedes en Beirut, Bruselas, Beijín, Kazajstán, Moscú y la India desde donde ejecutan sus programas regionales y continentales. El presidente de la organización es el ex subsecretario de Estado de EE. UU. William J. Burns.

Avril Danica Haines anunciada como Directora de Inteligencia Nacional, que supedita a la comunidad de inteligencia USA (16 agencias). Con una larga carrera de servicio en asuntos legales en el Departamento de Estado primeramente luego para el comité de Senado sobre Relaciones Exteriores de la parte demócrata cuando el presidente del comité era Joe Biden. Regresó de nuevo al Departamento de Estado.

En 2010, Haines fue nombrada como Asistente Adjunto del Presidente y Consejero del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional en la Casa Blanca. 2013 fue seleccionada como vice directora de la CIA. 2015, fue nombrada Asesora Adjunta de Seguridad Nacional. Tuvo mucha relación en la determinación de la política de la administración Obama sobre “asesinatos selectivos” por drones. 563 ataques aéreos principalmente por drones en Paquistán, Somalia y Yemen asesinaron a unas 3,797 personas.

Su relación con el Estado Profundo se rastrea en Palantir Technologies (esta entre las empresas de tecnología privada más valiosas de Silicón Valley. Una empresa de software que se especializa en análisis de Tecnologías de big data, conocida por proyectos como Palantir Gotham, que es utilizado por analistas antiterroristas y cibernéticos en guerra de información en oficinas de la Comunidad de Inteligencia y el Departamento de Defensa. los clientes de Palantir con Obama a partir del 2013 Incluía a la CIA, DHS, NSA , FBI , CDC , el Cuerpo de Marines , la Fuerza Aérea y el Comando de Operaciones Especiales. Palantir es una de las cuatro grandes empresas de tecnología que han comenzado a trabajar con el Servicio Nacional de Salud en relación al COVID-19 y varios países han utilizado su tecnología para “rastrear y contener el contagio”.

Fue empleada de WestExec Advisors, una empresa de asesoría en estrategia política. Avril Haines extrañamente eliminó desde junio de este año las referencias en internet con Palantir y otras corporaciones para evitar develar su relación. ¿Por qué?

Anthony John Blinken esta propuesto para Secretario de Estado. Durante la administración de Bill Clinton sirvió en el Departamento de Estado y en puestos de alto nivel en el personal del Consejo de Seguridad Nacional. Entre su larga carrera fue: (2001-2002) Miembro distinguido del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, (2002-2008) Director de personal demócrata del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, (2009 – 2013) asistente adjunto del presidente y asesor de seguridad nacional del vicepresidente Joe Biden.

Uno de los principales colaboradores en el diseño de la política USA hacia Afganistán, Pakistán y el programa nuclear de Irán. Apoyó la intervención militar de 2011 en Libia y la guerra proxy con los rebeldes sirios. Del 2014 al 2016 sustituyó a William Joseph Burns como subsecretario de Estado. Involucrado en el tema de la asistencia económica a Israel para reponer su arsenal de misiles “Iron Dome” usados contra los palestinos. Arquitecto del proyecto de desestabilización de Ucrania y todo el apoyo a Arabia Saudita en su guerra contra Yemen. Prevalece en su concepción de lidiar desde posiciones del uso de la fuerza y no la negociación.

En el sector privado, Blinken cofundó WestExec Advisors, y es socio de una empresa de capital privado “Pine Island Capital Partners” de la cual renunció este año para integrar la administración de Biden; también y miembro del Consejo de Relaciones Exterioresy es analista de asuntos globales para CNN.

Los centros de pensamientos como el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y el Consejo de Relaciones Exterioresson pioneros a liderar la futurología en las relaciones internacionales, su dinámica de conflicto y los cambios necesarios en la balanza de poder a favor del poderío y la supremacía norteamericana. Desde ahí se han procurado las guerras mundiales I y II, la Guerra Fría y las revoluciones de color y primavera. El Consejo de Relaciones Exterioreses lo que se llama un bróker de desestabilización.

Michèle Flournoy también estuvo en la lista de los principales prospectos a ser nombrada Secretario de Defensa pero su papel en la co-fundación de la empresa WestExec Advisor y su extensa relación profesional adquirida como funcionario del gobierno de Obama ha puesto en evidencia el círculo vicioso de interés y corrupción de empresas privadas y centros de pensamiento y funcionarios ubicados en puestos claves con el verdadero núcleo del capital del Estado Profundo del Complejo militar Industrial, Silicón Valley y Wall Street o sea la industria de la defensa, las empresas de capital privado y los fondos de cobertura.

WestExec Advisor es Igual en su accionar que la empresa Kissinger Associates y muy asociada al capital judío y el apoyo a Israel. Entre la lista de clientes de WestExec Service están Jigsaw de Google, la empresa israelí de inteligencia artificial Windward y Fortune 100 types. Todo parece, que Flournoy tendrá que esperar a que los resultados electorales sean definitivos a favor de Biden y que en Georgia se logre crear un desbalance a favor de los demócratas en el congreso ya que de lo contrario los republicanos ya están listos a no aceptar muchas de las nominaciones a los cargos claves en el gobierno de Biden.

Lloyd James Austin III es el nuevo candidato a ser Secretario de defensa. Un general de cuatro estrellas estadounidense retirado. Encabezó la invasión de Irak en marzo de 2003. (2003-2005) Comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada 180, durante la Guerra de Afganistán.

003 – 2005 como comandante general de la 10ª División de Infantería Ligera durante la Guerra de Afganistán. (2006-2008) fue ascendido a teniente general y asumió el mando del XVIII Cuerpo Aerotransportado. (2008 – 2010) fue el segundo jefe de la fuerza Multinacional en Iraq dirigiendo las operaciones de aproximadamente 152.000 soldados. (2010 – 2011) subió a Comandante General de las tropas intervencionistas Iraq. (2011-2013) vicejefe de personal del ejército de los Estados Unidos. (2013- 2016) Jefe del Comando central CENTCOM. Tuvo mucho que ver con el involucramiento del ejercito USA en Siria.

Su relación con el Sector privado se destaca como miembro de dirección Raytheon Technologies, una empresa contratista militar. Miembro de la junta directiva de Nucor y director independiente de Tenet Healthcare una empresa de consultoría.

Los análisis retocados hablan de la procedencia afroamericana o latina de muchos de los posibles altos funcionarios del posible gobierno de Biden. Pero eso deja de ser relevante porque en primer lugar el problema racial y de discriminación a las minorías no se soluciona así. El problema para el mundo entero es su nivel de psicología imperial y el grado de corrupción a la que están ligados. Este tipo de burócratas jamás estarán preocupados por nuestros problemas. Lo único que persiguen es la supremacía norteamericana a toda costa.

La administración Obama en la que estos funcionarios propuestos desempeñaron un papel importante en la ejecución de la política exterior sólo en el 2016 lanzó 26,171 bombas, que equivale a 72 bombas por día o sea 3 bombas cada hora por 24 horas.

El mar de sangre de Iraq con más de 150 mil muertes, Afganistán más de 100 mil muertes, Libia 25mil, Siria con más de 570 mil muertes, Yemen con 233 mil muertes, Ucrania con más de 15 mil muertes y el hambre en Irán y Venezuela llevan su firma y Nicaragua está en su lista y sobre todo ahora que el agua se ha comenzado a cotizar en Wall Street (Bolsa de valores) uno de los principales tentáculos del “Estado Profundo”.

(*) Manuel Salvador Espinoza Jarquín. Especialista en Relaciones Internacionales

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