¡Julio Buitrago siempre presente!

¡Julio Buitrago siempre presente!
  • A 50 años de su asesinato y trascendencia hacia la inmortalidad

Valeria Imhof

Murió acribillado por la guardia somocista cantando el himno nacional. Armado con una subametralladora M-3, Julio Buitrago Urroz resistió durante varias horas enfrentándose a más de 300 guardias que atacaron la casa de seguridad donde se encontraba junto con otros guerrilleros.

Como el rey espartano Leónidas, el héroe de las Termópilas, Julio había tomado la decisión de luchar hasta las últimas consecuencias; y así lo hizo esa tarde del 15 de julio de 1969, cuando solitariamente y con una valentía digna de un revolucionario, de un patriota, se enfrentó a la sanguinaria guardia somocista ofrendado su vida por la liberación de Nicaragua.

Ese día la guardia detectó y atacó la casa de seguridad que el FSLN tenía en el llamado barrio Maldito, cerca de las Delicias del Volga. En ella se encontraban Gloria Campos, su hija Martha Lorente, Mirna Mendoza, Doris Tijerino Haslam y Julio Buitrago, quien inmediatamente ordenó que todos abandonaran la casa. Con la valentía y el coraje que lo inmortalizó en la historia, Julio se enfrentó a la guardia que tuvo que recurrir a un tanque Sherman y una avioneta artillada pensando que estaba atacando a un comando guerrillero. El operativo lo dirigía Samuel Genie, el jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Anastasio Somoza.

Recordado desde entonces como uno los hombres más heroicos del Frente Sandinista, al momento de su caída en combate era el Jefe de la Resistencia Urbana y, como tal, encargado de escuadras militares, redes de seguridad y apoyo para casas y vehículos, así como de las pequeñas correas de transmisión con el movimiento estudiantil universitario y obrero en Managua, León, Chinandega y Estelí.

En su poema “Como los Santos”, el poeta y guerrillero Leonel Rugama escribió:

“Nunca contestó nadie/ porque los héroes no dijeron/ que morían por la patria/ sino que murieron/ en julio nació Julio/ seis más nueve quince/ de seis y nueve sesenta y nueve/ nació matando al hambre (aunque sea antipoético)/ nació peleando solo/ contra trescientos/ es el único que nació en el mundo/ superando a Leónidas/ a Leónidas el de las Termópilas”.

Su vida

Julio Buitrago nació el 12 de agosto de 1944 en la ciudad de Managua, en el seno de una familia humilde. Hijo de doña María de los Santos Buitrago Salazar. Desde temprana edad realizó diferentes trabajos como vendiendo gaseosas y limpiando el Cine Luz de Managua. Realizó sus estudios en distintos centros y terminó en el Instituto Nacional Central Miguel Ramírez Goyena.

El 29 de noviembre de 1959, con solo 15 años de edad, denunció en un acto público el elevado índice de analfabetismo de la población nicaragüense. Desde muy joven comenzó su militancia política, pues pocos meses después, el 12 de enero de 1960 fundó el Movimiento Juventud Patriótica Nicaragüense junto a José Benito Escobar, Germán Pomares, Salvador Buitrago Morales, Roger Vázquez, Daniel Ortega Saavedra, Jorge Navarro, Orlando Quiñónez, Ignacio Briones Torres, Johny Vogel y Joaquín Solís Piura.

Participó en el primer aniversario de la masacre estudiantil del 23 de julio en León en 1960, y en un acto de protesta cambió el nombre de la calle, que hasta entonces se llamaba Avenida Roosevelt, por el de Avenida Sandino. Participó organizando el paro estudiantil en protesta del asesinato de un grupo de sandinistas en el Bocay, en 1963.

En 1964 se integró al Frente Sandinista, y al año siguiente fue integrado al Comité Ejecutivo del Frente Estudiantil Revolucionario (FER). En 1966 fue enviado como representante del FSLN a Guatemala y entró a formar parte de la Dirección Nacional del FSLN con la responsabilidad de la Resistencia Urbana.

Homenaje al héroe

A 50 años de su partida, el gobierno sandinista, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J) y el pueblo en general le rindieron un cálido homenaje en la casa donde cayó combatiendo, y desde hace años convertida en museo por la revolución sandinista.

La casa museo, de dos pisos, mantiene su fachada conservando en las paredes los impactos de armas de artillería pesada que disparó la guardia somocista. En ella se expone parte de la historia de su gesta, su vestimenta, su corbatín, su sello y sus últimos libros que leyó cuando estudió Derecho en la universidad.

“No sé si uno aprende a saber cuándo ronda la muerte, pero en todo caso tenemos que acostumbrarnos a escuchar sus pasos y a huir de ella, no como cobardes, sino después que hayamos cumplido con nuestro deber”, escribió Julio de forma profética, poco tiempo antes que fuera asesinado.

En una carta dirigida a su madre le expresa: “Es difícil el camino que yo he escogido, con el cual la he arrastrado a Uds. al dolor; pero más difícil aún seguir viviendo indiferente al dolor de la mayoría que vive entre el hambre y la miseria; a una situación que siento sobre mis espaldas, de temor y angustia en los rostros de los desamparados de nuestro pueblo”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *