Benjamín Norton (*)
El enfoque de Nicaragua hacia la cooperación internacional demuestra cómo los países pueden buscar el desarrollo económico y reducir la pobreza, a través de alianzas estratégicas con socios basadas en el respeto a la soberanía y arreglos mutuamente beneficiosos.
Bajo el liderazgo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y los Copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo,
Nicaragua ha profundizado sus relaciones con China, Rusia, Venezuela, Cuba, Irán y Bielorrusia, creando una red de cooperación antimperialista que ha contribuido al crecimiento económico y a una mayor soberanía nacional, particularmente en la producción de alimentos y energía.
La asociación estratégica con China: un punto de inflexión histórico
El desarrollo más transformador en las relaciones internacionales de Nicaragua llegó en diciembre de 2021, cuando el país restableció relaciones diplomáticas con la República Popular China. Con la Revolución Popular Sandinista, la naciòn ya había reconocido a China en 1985, pero los oligarcas de derecha respaldados por EEUU interrumpieron las relaciones diplomáticas en 1990.
El retorno a esta importante alianza ha generado resultados económicos significativos. Un tratado de libre comercio entre China y Nicaragua entró en vigor el 1 de enero de 2024, representando un hito en las relaciones bilaterales. El impacto económico ha sido sustancial. El comercio bilateral entre Nicaragua y China aumentó un 46.8% en 2024.
Las exportaciones de Nicaragua a China aumentaron un asombroso 218.3%. China ahora compra muchos productos nicaragüenses, incluyendo langosta, camarón, azúcar e hilo de algodón, según informes locales.
Esta cooperación contrasta marcadamente con el enfoque de las potencias occidentales. Estados Unidos ya ha impuesto sanciones unilaterales contra Nicaragua, que violan el derecho internacional. Ahora, Washington también amenaza con imponerle altos aranceles, buscando intencionalmente dañar su economía. Esto muestra que Estados Unidos busca el conflicto y la hegemonía, no la coexistencia pacífica y la colaboración.
Asistencia china en obras públicas y soberanía energética
Con la asistencia de China, Nicaragua también está creando infraestructura importante, incluyendo el aeropuerto internacional Punta Huete. Además, China ha ayudado a construir cientos de viviendas para familias nicaragüenses en la Urbanización Nuevas Victorias.
La cooperación de China se extiende más allá del comercio para ayudar a Nicaragua a lograr la soberanía energética a través de tecnología renovable. En junio de 2025, Nicaragua inauguró la construcción de una importante planta de energía solar en asociación con China, ubicada en Nindirí.
Aproximadamente, el 60% de las necesidades energéticas de Nicaragua provienen de fuentes renovables. Al expandir su capacidad de energía solar, el país está fortaleciendo su soberanía energética. Esto reduce su dependencia de la importación de petróleo y reduce el problema de la volatilidad de precios internacionales.
Soberanía alimentaria: un logro sandinista muy significativo
Bajo el liderazgo del Frente Sandinista, Nicaragua ha conseguido uno de sus logros más importantes: la soberanía alimentaria. Ahora produce la mayoría de los alimentos que consume, un éxito notable que lo protege de crisis alimentarias externas y bloqueos potenciales.
El gobierno sandinista ha promovido la soberanía alimentaria como una estrategia deliberada desde la continuación de la revolución en 2007, para reducir la dependencia de Nicaragua en las importaciones de alimentos extranjeros. Tras el triunfo revolucionario en 1979, el gobierno lanzó un programa masivo de reforma agraria en la década de 1980, que distribuyó tierras a familias campesinas. Esto creó la base para un sistema alimentario soberano que prioriza la producción local.
Este enfoque hacia la soberanía alimentaria representa una alternativa fundamental al modelo agrícola imperialista promovido por las instituciones financieras dominadas por Estados Unidos, que hace a los países dependientes de las importaciones de alimentos y -por lo tanto- vulnerables a sanciones y bloqueos. Nicaragua es un modelo de cómo los países pueden alimentar a su pueblo a través de sistemas alimentarios locales sostenibles.
Cooperación económica con Rusia

Nicaragua también ha fortalecido su relación económica con Rusia. En 2023, el comercio bilateral aumentó un 70%. Posteriormente creció un 79% en el primer trimestre de 2024. La cooperación histórica entre los dos países ha sido muy importante. El pueblo nicaragüense se ha beneficiado de autobuses, equipos agrícolas, medicinas, vacunas, fertilizantes y trigo de Rusia.
La importancia de la cooperación ruso-nicaragüense trasciende el ámbito puramente comercial, para constituirse en una alianza estratégica basada en principios de solidaridad y respeto mutuo. Según la encargada de negocios de Rusia, Svetlana Petrova, Nicaragua es un aliado “clave y estratégico”.
Las relaciones entre Moscú y Managua representan un modelo alternativo de cooperación, donde ambos países trabajan conjuntamente para fortalecer su autonomía económica frente a las agresiones de Occidente, demostrando que es posible construir relaciones internacionales basadas en la complementariedad y el beneficio mutuo en lugar de la subordinación.
Solidaridad venezolana a través de asistencia energética
El apoyo de Venezuela al pueblo nicaragüense, a través de asistencia energética, ha sido crucial para el desarrollo económico de la nación. El petróleo proporcionado por Venezuela ha ayudado a impulsar el crecimiento de Nicaragua. La República Bolivariana ha ofrecido a la nación centroamericana términos muy favorables en sus ventas de petróleo.
Esto ha permitido al gobierno sandinista mantener un presupuesto equilibrado y proteger su moneda de ataques de especuladores extranjeros. El dinero que Nicaragua ha ahorrado en importaciones de petróleo se ha utilizado para financiar programas para el pueblo, incluyendo financiamiento a pequeñas empresas, obras públicas, y atención médica y educación gratuitas de alta calidad.
Cooperación más amplia con Cuba, Bielorrusia e IránNicaragua también ha participado en la iniciativa Petrocaribe de Venezuela, que es un importante acto de solidaridad que la Revolución Bolivariana ha realizado con otros países de la región. Ambos países también son parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), que es una alianza económica construida sobre el ejemplo de la cooperación Sur-Sur, mostrando cómo las relaciones deben basarse en la solidaridad y el beneficio mutuo, no en la explotación.
Cooperación más amplia con Cuba, Bielorrusia e Irán
Las alianzas de Nicaragua se extienden a otras naciones que priorizan la soberanía y la cooperación Sur-Sur. Cuba ha proporcionado cooperación médica e intercambios educativos, construyendo durante décadas la solidaridad revolucionaria.
Bielorrusia se ha comprometido en cooperación en varios sectores, incluyendo infraestructura y tecnología. La maquinaria de construcción y agrícola de Bielorrusia ha impulsado el crecimiento económico de Nicaragua.
Con Irán, Nicaragua también ha explorado oportunidades de asociación en energía y otros sectores, como parte de una estrategia más amplia de naciones del Sur Global, apoyándose mutuamente contra las agresiones del imperialismo.
Un modelo de desarrollo alternativo
La Revolución Popular Sandinista, bajo el liderazgo de los Copresidentes Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha demostrado cómo una nación pequeña como Nicaragua puede defender su soberanía contra los ataques del imperio más poderoso del mundo, y puede buscar el desarrollo económico a través de alianzas estratégicas que respetan la soberanía y proporcionan cooperación mutuamente beneficiosa.
El crecimiento dramático en el comercio de Nicaragua con China, la expansión de proyectos de infraestructura, la soberanía alimentaria y el desarrollo de tecnología de energía renovable, todos estos logros apuntan a alternativas viables al modelo de desarrollo imperialista.
Mientras Estados Unidos continúa imponiendo sanciones y amenazando con aranceles en un intento de aislar a Nicaragua, países como China, Rusia, Venezuela, Cuba, Irán y Bielorrusia han elegido -en cambio- profundizar las relaciones económicas, proporcionando oportunidades comerciales, inversión en infraestructura y transferencia de tecnología. Los resultados hablan por sí mismos.
Este modelo de cooperación Sur-Sur, basado en el respeto mutuo, la no interferencia y el desarrollo compartido, ofrece lecciones importantes para otras naciones que buscan trazar su propio camino hacia la soberanía económica, la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible.
(*) Analista de política internacional.