Frente a la agresiva injerencia de los Estados Unidos
Nicaragua y Venezuela: hermandad y solidaridad

Nicaragua y Venezuela: hermandad y solidaridad

Edwin N. Montes (*)

Nicaragua y Venezuela comparten una sólida hermandad y relación de solidaridad y cooperación que encuentran sus raíces profundas en la lucha por la independencia, soberanía, desarrollo social y la autodeterminación nacional, emprendidas por Simón Bolívar y Augusto C. Sandino, contra los vestigios del colonialismo e imperialismo.

Sandino logró comprender que el capitalismo norteamericano había llegado a una etapa superior del desarrollo, al que denominó imperialismo, y dando continuidad con el pensamiento del libertador y héroe venezolano, propuso a las naciones latinoamericanas el proyecto del “Supremo Sueño de Bolívar”, instando a la unidad contra las acciones de agresión, intervención y las expresiones de esclavitud yanqui. En dicho manuscrito Sandino expresó su rotundo rechazo a las alevosas intenciones imperialistas de la Doctrina Monroe.

Tanto la Revolución Popular Sandinista de 1979 como la Revolución Bolivariana, encabezada por el comandante Hugo Chávez en 1998, representan la victoria del pueblo hacia las transformaciones de aquellas estructuras económicas y políticas desiguales, hacia un modelo de justicia social y restitución de derechos a favor de las grandes mayorías.

Esta cercanía y lazos de hermandad entre ambos procesos revolucionarios se reencontrarían en 2007 cuando el Frente Sandinista Liberación Nacional (FSLN), bajo el liderazgo y conducción del Comandante Daniel Ortega, llega al poder y dentro de una de sus principales medidas de gestión fue el ingreso de Nicaragua a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

En reconocimiento a estos lazos históricos, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó la Ley 992 que declara el 11 de enero “Día de la Amistad entre la República de Nicaragua y la República Bolivariana de Venezuela”, en aras de seguir fortaleciendo las relaciones diplomáticas, comerciales y de cooperación bilateral entre ambas naciones.

Desde el 2007, durante la gestión del Comandante Hugo Chávez, la cooperación y solidaridad venezolana fue crucial en las estrategias de lucha contra la pobreza y desarrollo social de Nicaragua, donando recursos para contrarrestar efectos del huracán Félix (2007), apoyando la tecnificación para mejorar la producción de las cooperativas agrícolas, apoyando también programas sociales como “Hambre Cero o Bono Productivo Alimentario”, así como la entrega de cocinas y cilindros de gas a familias de escasos recursos económicos.

Similar impacto y trascendencia se puede destacar con la cooperación petrolera venezolana durante ese periodo, permitiendo expandir la capacidad de generación eléctrica de este país centroamericano, la ampliación de la capacidad de almacenamiento de petróleo y sus derivados; y, con ello, contribuir a la política gubernamental de subsidio al transporte colectivo urbano y descuentos al transporte colectivo interurbano, entre muchas otras acciones de cooperación estratégica y complementariedad.

Nicaragua y Venezuela han enfrentado durante décadas las acciones guerreristas e injerencistas de EEUU, resistiendo valiente y dignamente agresiones y campañas de desestabilización. Sin embargo, jamás la oligarquía vendepatria y el gobierno yanqui han logrado doblegar a estos pueblos hermanos porque la fuerza, espíritu y ejemplo de Bolívar, Sandino y Chávez, sigue estando siempre presente en la conciencia popular.

Respaldo y solidaridad del GRUN

EEUU lleva aproximadamente 27 años expandiendo su política de agresión e intervención encubierta hacia Venezuela, con el objetivo de derrocar al gobierno y destruir el proceso revolucionario. Desde George W. Bush y Obama se diseñaron estrategias de desestabilización, siendo Obama quien mediante decreto 13692 calificaría a Venezuela como “amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y para la política exterior de Estados Unidos”.

Sin embargo, sería con el primer mandato de Donald Trump que la agresión hacia la República Bolivariana se intensificaría e incluso adoptaría un nivel internacional y de extraterritorialidad aplicando “sanciones” a funcionarios públicos, creando figuras ilegítimas como Juan Guaidó, estableciendo un cruento embargo económico, congelación de activos y robo de bienes públicos que son patrimonio del pueblo de Venezuela, además de prohibir a cualquier empresa norteamericana realizar transacciones económicas con el gobierno y Banco Central venezolano, entre otras muchas acciones.

En la gestión gubernamental de Joe Biden, la estrategia consistió en usar al Comando Sur como parte de la nueva ofensiva hostil hacia Nicaragua, Venezuela y Cuba, llegando a calificar a estos gobiernos progresistas de “apoyar actividades malignas en la región” por la simple y sencilla razón de mantener relaciones de amistad, cooperación y comercio con potencias emergentes como China, Rusia e Irán.

Recientemente, durante este segundo mandato de Trump, de forma arbitraria y en una evidente declaratoria de magnicidio y fuera de todo precepto de derecho internacional, el gobierno estadounidense ha establecido precio por la captura del presidente Nicolás Maduro, llegando a catalogarlo como “el narcotraficante más grande del mundo”.

No obstante, es importante recordar que esa sucia narrativa mediática de Trump no es nueva, ya lo había hecho inicialmente durante su primer mandato, al calificar al gobierno constitucional de la República Bolivariana como un “narcoestado”, estableciendo igualmente precio por la cabeza de Nicolás

Maduro y del parlamentario Diosdado Cabello; todo esto, con la intención de justificar las acciones militares e intervención encubierta contra este país sudamericano.

Con tal estrategia de manipulación mediática hacia el gobierno de Venezuela, la administración Trump, intenta desviar la atención pública a problemas internos que enfrenta actualmente el mandatario norteamericano contra los tribunales de justicia: en parte, por el “caso Epstein” referente a actividades de abuso y tráfico sexual de menores, en que estaría involucrado directamente Trump; y, por otra parte, ante un inminente proceso de impeachment por su irracional guerra arancelaria y conducción de la política exterior.

El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, en un comunicado de prensa, ha manifestado su respaldo y solidaridad hacia el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por las infames acciones injerencistas y neocolonialista de EEUU, expresando las siguientes palabras:

“Somos la misma Raza; Somos la misma Sangre; Somos Nuestroamerican@s y Caribeñ@s, Siempre Más Allá, defendiendo la Patria Grande, Nuestras Patrias, y ningún improperio, ninguna ocurrencia, ninguna demencia, ningún Imperio, nos doblega, porque Ni Nos Vendemos, Ni Nos Rendimos, Jamás! Somos de Patria Libre, Soberana… y esta, la Soberanía, no la discutimos, nada más la defendemos!”.

(*) Docente Universitario, UNAN-Managua


Comandante Daniel en Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP:

Unidad ante agresiones de EEUU

Los países miembros del ALBA-TCP sostuvieron, este 20 de agosto, la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno, al término de la cual emitieron una declaración rechazando de manera categórica el despliegue de fuerzas militares de los Estados Unidos frente a las costas de la República Bolivariana de Venezuela, y ratificando su apoyo al presidente Nicolás Maduro ante las amenazas del gobierno de Donald Trump.

En su intervención, el Copresidente Daniel Ortega denunció que las agresiones contra el Presidente venezolano son una amenaza a la soberanía de toda América Latina y el Caribe, por lo que convocó a la unidad en defensa de los pueblos de la región.

“Han lanzado una amenaza que resulta increíble, no la amenaza, porque quien lo hace siempre ha actuado con la fuerza, con la violencia. Lanzando bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki”, afirmó, para luego cuestionar la falta de reacción de Latinoamérica ante esta agresión.

“¿Cómo es posible que América Latina entera, territorio de paz, no haya reaccionado de manera unánime y fuerte ante la amenaza que lanzan los peones de Washington ofreciendo una recompensa en millones de dólares por la vida del presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela?”, preguntó el comandante Ortega. “América Latina y el Caribe se proclamó como una Zona de Paz y así lo declaramos, así lo decidimos y así estamos actuando”, reafirmó.

El Copresidente resaltó que el pueblo bolivariano y los países del ALBA han reaccionado contra las amenazas imperialistas, sin embargo, dijo, de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC no ha habido una respuesta contundente. “Eso es cobardía, eso es sumisión, eso es rendición”, consideró

“Hoy es Venezuela, mañana lo intentarán hacer con nuestros países”, recalcó el mandatario, para luego hacer un llamado a unir fuerzas y a resaltar la dignidad de los gobernantes latinoamericanos para defender la soberanía de sus propios pueblos, porque la agresión contra el presidente Maduro “no es más que una amenaza a la soberanía de toda América Latina y el Caribe, y eso no se puede dejar pasar”.

En la Declaración final, los países miembros del ALBA-TCP de manera unánime rechazaron el despliegue militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe bajo pretexto falso, con clara intensión de política ilegales, injerencistas y contrarias al orden constitucional de los Estados de la región. El bloque reafirmó su compromiso con la soberanía de los pueblos.

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