¡Todos somos Daniel!

¡Todos somos Daniel!

Fredy Franco (*)

I- ¿Por qué todos somos Daniel?

Porque Daniel Ortega Saavedra, el militante, el combatiente, el comandante sandinista, el estratega, el dirigente ejemplar, el que ha estado y está junto al pueblo en todas las circunstancias, el hoy Copresidente, representa la dignidad, la valentía, la perseverancia de los nicaragüenses.

Daniel sintetiza la lucha histórica y heroica del pueblo por su liberación, por tener patria libre y soberana, por tener una Nicaragua próspera, solidaria, justa y en paz. Y en la búsqueda de estos ideales se integró con mucha convicción, decisión y valentía desde adolescente, se hizo combatiente y forjó un liderazgo ejemplar por más de 65 años de entrega revolucionaria victoriosa firme, digna e inclaudicable.

II- La obra de Daniel

Daniel nació en la Libertad, Chontales, un 11 de noviembre de 1945. La gran mayoría de sus 80 años ha luchado y sigue luchando por consolidar plenamente la libertad y los derechos fundamentales del pueblo y de la patria conquistados con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista a partir del 19 de julio de 1979; batallando también contra el imperio yanqui, y las fuerzas oligárquicas traidoras y vendepatrias.

Los caminos libertarios de redención y de liberación se ensanchan y crecen con todos sus atajos en esta segunda etapa de la revolución, con el liderazgo del Comandante Daniel y el protagonismo del pueblo, que desde hace 18 años es el Pueblo-Presidente.

El liderazgo del Comandante Daniel junto a la compañera Rosario, conducen sabiamente al pueblo en la estrategia de transformación del país. Han construido la nueva Nicaragua que soñaron nuestros héroes y mártires, haciendo realidad «el decoro nacional y la redención de los oprimidos”, como quiso Sandino; y la Nicaragua pletórica de felicidad, como la quiso Carlos Fonseca.

II- El movimiento sandinista: Sandino, Carlos y Daniel

El movimiento Sandinista está por cumplir 100 años, y sus tres referentes fundamentales son el General Augusto C. Sandino, el Comandante Carlos Fonseca y el Comandante Daniel Ortega.

Sandino, el creador del movimiento sandinista, movimiento revolucionario patriótico y popular que, por primera vez en nuestra historia, representaba genuinamente los intereses del pueblo y la dignidad de la patria sometida por los yanquis y entregada por los vendepatria libero-conservadores, enfrentándolos en las mayores adversidades.

Con toda decisión enfrentó la dominación del imperialismo de 1926 a 1934, para lo cual organizó la resistencia nacional, derrotando a los interventores militares yanquis en 1933. Sandino fue asesinado a traición por el imperio y su títere Somoza García en 1934, pero ya el General de Hombres y Mujeres Libres había sembrado la semilla revolucionaria de la liberación.

Esa semilla germinó en1961 con la formación del FSLN y el liderazgo de Carlos Fonseca. Es el continuador de la lucha de Sandino, llevándola a mayores niveles organizativos, políticos e ideológicos bajo una estrategia revolucionaria para derrotar a la dictadura somocista y de un programa histórico para la transformación del país una vez logrado el triunfo de la revolución sandinista.

Al transitar hacia la inmortalidad Carlos Fonseca, hace 49 años, el Comandante Daniel Ortega es su continuador. En 1976 eran urgentes dos tareas estratégicas para el Frente Sandinista: la unidad y la definición de la estrategia victoriosa para derrotar a la dictadura somocista, que fue la insurreccional.

Fotos del comandante Daniel Ortega.

Líder indiscutible de la revolución

Daniel era el líder principal en la concepción e implementación de la estrategia insurreccional para la ofensiva final. La práctica político-militar lo demostró desde octubre de 1977 al 19 de julio de 1979, cuando triunfó la Revolución Popular Sandinista.

No es casualidad que al Comandante Daniel lo hayan puesto al frente de la Junta de Gobierno Reconstrucción Nacional y después como candidato a la Presidencia en las primeras elecciones libres de Nicaragua en noviembre de 1984, en las que resultó Presidente a partir de enero de 1985 y se convirtió en el líder principal de la revolución.

Luego, en los 16 años de resistencia al neoliberalismo, consolidó su liderazgo, dirigiendo las distintas luchas en defensa de las conquistas revolucionarias, y mantuvo vivo y fuerte al FSLN pese a la traición de algunos y el complejo escenario nacional e internacional existente. Demostró su lealtad, capacidad y audacia política para mantener viva la revolución y muchas de sus conquistas, y conducir al pueblo a la victoria electoral en noviembre del 2006.

A partir del 2007, que pasamos a la segunda etapa de la revolución, se empezaron a restituir los derechos, priorizar la lucha contra la pobreza e ir alcanzando mayores niveles de desarrollo humano, modernizando el país bajo una perspectiva de equidad e inclusión social, de paz y estabilidad. Estamos construyendo la nueva Nicaragua uniendo al pueblo, asegurando su protagonismo y enfrentando de manera victoriosa la política de agresión yanqui.

En la consolidación de la revolución ahí ha estado y está Daniel como líder indiscutible. Y todos somos Daniel con su ejemplo revolucionario, con la conciencia y el compromiso de ir Siempre Más Allá haciendo y defendiendo la revolución.

(*) Cientista social e historiador. Profesor titular UNAN-Managua.

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