
Josseline Yaleska M. Berroterán (*)
En un mundo dominado por la lógica extractivista, militarista y neocolonial de Occidente, los BRICS+ emergen como un proyecto político-económico alternativo que encarna las aspiraciones del Sur Global.
Este artículo argumenta que el bloque -en su expansión y propuestas- no es simplemente un “anti-Occidente”, sino la materialización de un paradigma basado en: justicia económica, soberanía real y cooperación Sur-Sur, apuntando a un modelo sostenible y justo para un sistema multipolar emergente.
El pasado 6 y 7 de julio se llevó a cabo la XVII Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, Brasil, bajo el lema: “Fortaleciendo la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”. El evento marcó un hito no solo por su contenido temático, centrado en la sostenibilidad ambiental y la justicia climática, sino también por la adhesión de nuevos miembros como Cuba, Bielorrusia, Bolivia, Nigeria, Vietnam y Malasia, lo que reafirma la vocación plural del bloque y su anclaje geopolítico en el Sur Global.
Este encuentro tuvo lugar en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, especialmente en relación con la política exterior de EEUU. Las amenazas del Congreso estadounidense sobre el aumento de sanciones y medidas arancelarias contra los países miembros del BRICS, evidencian una política de contención hostil hacia cualquier iniciativa que desafíe el orden liberal occidental. Sin embargo, estas medidas punitivas han tenido un efecto contraproducente: han fortalecido la cohesión del bloque y motivado a otros países emergentes a observar con interés el liderazgo estratégico de China y Rusia.
Los BRICS+, conformado por economías emergentes que representan el 44% del comercio internacional, más del 50% de los países megadiversos, cuatro de los diez principales productores de energías renovables y seis de los diez mayores productores de petróleo, no son solo un espacio de convergencia política, sino un actor sistémico que transforma el mapa del poder global.
Multilateralismo y cooperación Sur-Sur
En la era de la información y de los avances que se están experimentando, los países en vías de desarrollo han evolucionado de manera significativa, demandando mayor soberanía y respeto a sus procesos de desarrollo. En tiempos donde el multilateralismo tradicional ha sido secuestrado por los intereses de las potencias dominantes, los BRICS se posicionan como una plataforma auténtica de gobernanza alternativa. Su enfoque apuesta por un multilateralismo genuino, horizontal, respetuoso de las soberanías y comprometido con el desarrollo integral de sus pueblos.
La Declaración de los Líderes BRICS+ sobre la Gobernanza Global de la Inteligencia Artificial, por ejemplo, plantea principios éticos, inclusivos y transparentes para la regulación de esta tecnología emergente. Frente a una IA diseñada a partir de los sesgos ideológicos de occidente para maximizar las ganancias de Silicon Valley, el bloque propone una IA que responda a las necesidades humanas, con un enfoque en la equidad, la diversidad cultural y el bien común.
Banco de Desarrollo y desdolarización
Uno de los pilares estratégicos del bloque es el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), creado para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en los países miembros, sin las condicionalidades impuestas por el FMI o el Banco Mundial. Este instrumento no solo representa una alternativa financiera, sino también una herramienta concreta para la descolonización económica.
Paralelamente, los BRICS han impulsado una agenda de desdolarización gradual, promoviendo el comercio en monedas locales. Este proceso desafía el monopolio del dólar y abre posibilidades para un sistema financiero internacional más democrático, menos vulnerable a sanciones unilaterales y con mayor soberanía monetaria para los países del Sur.
Educación, tecnología y la nueva narrativa del desarrollo La narrativa de que el desarrollo solo es posible bajo los parámetros del Norte Global, ha sido desmentida por las experiencias de los BRICS. Países como India, China y Sudáfrica han demostrado que la inversión sostenida en educación, ciencia y tecnología puede romper con la dependencia estructural y generar innovaciones adaptadas a sus realidades.
Hoy, el Sur Global ya no es solo una categoría geográfica: es un actor epistémico, cultural y político que exige respeto, igualdad y justicia. La apuesta educativa del bloque ha elevado los estándares académicos, impulsado universidades de calidad y generado conocimiento útil para la transformación de sus sociedades.
Soberanía alimentaria y comercio estratégico
En una jugada que evidencia la capacidad del Sur Global para reinventar sus dinámicas comerciales, Brasil y México -ambos vinculados con los BRICS, aunque México no sea aún miembro pleno- acordaron recientemente la comercialización temporal de carne bovina mexicana hacia Brasil. Esta acción busca sortear las restricciones impuestas por EEUU al mercado mexicano, fortaleciendo el comercio intra-regional y reafirmando el principio de soberanía alimentaria como derecho y estrategia política.
Este tipo de acuerdos no solo neutraliza las presiones externas, sino que también fortalece la arquitectura de la cooperación Sur-Sur, promoviendo relaciones más simétricas y menos dependientes de los dictámenes de Washington o Bruselas.
Reflexiones finales
Los BRICS+ no son una utopía lejana ni un bloque homogéneo libre de contradicciones. Son, sin embargo, la expresión concreta de un mundo en transición, donde los países históricamente subordinados reclaman su lugar en el tablero internacional.
En un momento histórico donde se agudizan las crisis globales: económicas, ecológicas, sociales y éticas, este bloque representa el pulso colectivo de los pueblos del Sur Global que, tras siglos de dominación colonial, explotación económica y subordinación cultural, se atreven a disputar el sentido del orden internacional.
La emergencia de los BRICS no busca sustituir una hegemonía por otra, sino desmontar las estructuras de un sistema global que ha normalizado la injusticia. Su apuesta por la soberanía económica, la autodeterminación de los pueblos, el multilateralismo real y la sostenibilidad es una declaración política clara: el Sur Global no pide permiso para existir, crea alternativas, construye comunidad y plantea rutas posibles hacia un mundo en donde el desarrollo no sea privilegio, sino derecho compartido.
Desde América Latina, desde África, desde Asia, los pueblos están tejiendo una nueva narrativa global. Una que no nace en Davos, ni en Wall Street, ni en las oficinas del FMI. Nace en Río, en Johannesburgo, en Hanoi, en La Habana, en La Paz, en Nueva Delhi. Es la narrativa del Sur que resiste, que crea, que transforma y avanza hacia su propio destino.
(*) Politóloga, docente universitaria, especializada en Comunicación y Marketing Político.
Excelente nota
Saludos, Josy
Gracias estimado Maestro!
Vemos el sol alumbrar el Alba de Los.Pueblos, como lo dijo el Cmte. Eterno Hugo Rafael Chávez Frías.
Así es! gracias por leer!