
Edwin N. Montes (*)
El 14 de diciembre de 2024, durante la XXIV Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), en conmemoración del 20 aniversario de fundación del bloque regional, y por iniciativa del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, fue impulsado el programa AgroAlba.
Esta iniciativa representa una estrategia que busca fortalecer la seguridad y la soberanía alimentaria a través de la cooperación y transformación del sector agrícola, pecuario, avícola, pesca, textil, entre otros, promoviendo la inversión productiva de los países que integran la Alianza.
En este sentido, el programa posee una dimensión de integración hacia el desarrollo social, sostenible y productivo de las naciones socias, pero también cumple con una dimensión geopolítica referente a la defensa de los sistemas agroalimentarios locales y base productiva de sus pueblos; así como la defensa de los campesinos, pequeños y medianos productores frente a las políticas globalistas de un comercio injusto y desigual impuestas por las potencias occidentales y sus corporaciones transnacionales.
El programa, además, pretende ser una respuesta frente a las agresiones y guerra arancelaria impulsada por la administración estadounidense de Donald Trump contra los países que integran el bloque y demás países extrarregionales que se han sumado a la iniciativa.
Potencialidad productiva del ALBA
Durante la XXV Reunión del Consejo Político del ALBA-TCP, celebrada en Venezuela a finales de marzo pasado, el presidente Nicolás Maduro señaló que los países de Nuestra América podemos desarrollarnos juntos porque “tenemos las tierras, tenemos el buen clima, tenemos las aguas, [y] tenemos la buena experiencia aprendida”.
América Latina y el Caribe es considerada la región con mayor potencial agrícola y pulmón en el mundo. De acuerdo con datos aportados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esta zona geográfica representa el 23% de las tierras agrícolas, posee a su vez el 31% de las fuentes hídricas, el 23% de los bosques y el 46% de los bosques tropicales del mundo. Otro dato importante es que América Latina destaca como el mayor abastecedor de alimentos a nivel mundial, registrando el mayor porcentaje de exportaciones netas de alimentos.
El ALBA lo conforman actualmente 10 países: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Dominica, Granada, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, y San Vicente y las Granadinas. Se ha constituido en una plataforma que facilita la integración, el diálogo político, el intercambio económico y el desarrollo social e inclusivo en los países miembros, en defensa de la autodeterminación, la soberanía y la identidad de sus pueblos, teniendo como pilares la solidaridad, la complementariedad, la justicia social y la cooperación.
En conjunto, estos países representan una población y fuerza humana productiva de más de 63 millones de habitantes. Disponen de unos 2.258.000 km2 de tierra cultivable, además de ostentar un área de influencia marítima de más de un millón de kilómetros cuadrados en Zona Económica Especial, concentrando alrededor de un 30% en la producción de productos marítimo. Sus abundantes tierras fértiles y clima favorable les otorga una posición óptima y ventajosa en la producción agropecuaria y pesquera.
Dentro del bloque, Venezuela es un ejemplo que destaca en materia de seguridad alimentaria ya que, a pesar de las agresiones del imperio yanqui, este país ha logrado producir el 98% de los productos alimenticios que consumen sus habitantes.
Por su parte, Nicaragua, además de ser considerado como el granero de Centroamérica por su alto potencial de tierras fértiles y vocación agropecuaria, también está obteniendo importantes logros en seguridad alimentaria a través de la reactivación e impulso del modelo de agricultura familiar; sin omitir el hecho que actualmente figura en el istmo centroamericano como un país pionero en la investigación e innovación tecnológica agropecuaria a través del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias Augusto C. Sandino, con el cultivo de tejidos vegetales, revolucionando la producción de plantas in vitro.
De esta forma, durante los días 5 y 6 de junio de este año se efectuó en Caracas la primera Expo Feria AgroAlba que contó con la presencia de 19 delegaciones de países del Caribe, Centroamérica, América del Sur y África, que buscan aunar esfuerzos en el objetivo supremo de alcanzar una soberanía y seguridad alimentaria.
Como parte de este evento se oficializó la Primera Reunión Conjunta de ministros de Agricultura y Pesca del ALBA, en la que se reafirmó el compromiso de seguir consolidando una zona económica de desarrollo compartido. Resultado de esta reunión fue el establecimiento de acuerdos conducentes a consolidar el programa AgroAlba, dentro de los que destacan:
- Brindar acompañamiento técnico y logístico que garantice la efectiva producción de rubros priorizados para la soberanía alimentaria de los pueblos.
- Creación de un fondo de inversión regional p ara el desarrollo agroalimentario con prioridad en proyectos de producción sostenible y transformación agroindustrial.
- Trabajar en la implementación de un sistema unificado de certificación fitosanitaria para facilitar el comercio agrícola y pecuario.
- Adopción de un plan regional para la promoción de la agricultura regenerativa y agroecológica, garantizando la producción sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.
- Creación de un programa de transferencia de conocimientos y tecnologías agroecológicas entre los países.
- Crear una red de centros de investigación del sector pesca, acuicultura y ciencias vinculadas para fortalecer la investigación e innovación.
- Y conformación de una flota pesquera conjunta como mecanismo para dinamizar y robustecer las relaciones económicas solidarias entre los países miembros del bloque.
La agresividad y desigualdad de las políticas agroalimentarias globalistas
La expansión del capitalismo corporativo ha llevado al control y manipulación de los sistemas agroalimentarios a escala global y, con ello, a la mercantilización de los productos alimenticios, derivando en hambre, pobreza y desigualdad internacional.
Hablar de un sistema agroalimentario implica comprender toda la cadena o recorrido que adquieren los alimentos desde el momento que se cultivan o cosechan, el momento de elaboración, envasado, comercialización y distribución, hasta la etapa en que se logran obtener, preparar, consumir y eliminar; es decir, todo el proceso que siguen los productos alimenticios para poderlos obtener y consumir.
Estos sistemas también involucran todos aquellos productos no alimenticios que de alguna u otra manera están conectados con los medios de vida del ser humano (desde las actividades forestales, crianza de animales, biomasa para generar biocombustibles, hasta las decisiones políticas que involucren cada una de las etapas dentro del proceso antes mencionado en la producción, distribución, comercialización y consumo de los alimentos).
Hoy en día las corporaciones trasnacionales cotizan, venden y acaparan los productos alimenticios en las bolsas de valores, consolidándose grandes monopolios y oligopolios en el acaparamiento, venta y distribución de los granos y semillas a nivel mundial. A su vez, se ha extendido el surgimiento de grandes cadenas de supermercados en la distribución minorista.
En América Latina se estima que la participación en la venta y distribución de alimentos por parte de los supermercados oscila entre el 75 y 80 por ciento. Este panorama expuesto representa un desafío para los gobiernos de los países en desarrollo en su estrategia de lograr una soberanía y seguridad alimentaria para su población.
La seguridad alimentaria posee 4 pilares que son: la disponibilidad, el acceso, la utilización biológica y nutricional de los alimentos, y la estabilidad en cuanto al cumplimiento de las otras tres dimensiones.
No obstante, muchos países y familias se ven privadas en poder disponer y acceder a los alimentos necesarios para subsistir, producto de la mercantilización y acaparamiento de los recursos productivos por parte de las corporaciones transnacionales, así como las injustas y desiguales reglas del comercio internacional manipuladas dentro de la OMC por las potencias occidentales, y las guerras también impulsadas por estas mismas potencias que conducen a la especulación de precios y escasez en los productos alimenticios a escala internacional.
A esa situación hay que yuxtaponer las consecuencias de las agresiones arancelarias impulsadas por a la administración Trump generando caos, incertidumbre, aumento del hambre y mayor desigualdad social en el escenario internacional.
Conclusiones
Frente a esta agresividad, desigualdad y expolio practicado por el capitalismo corporativo mundial, y guerra arancelaria de Trump, el ALBA se pronuncia y se presenta como una esperanza y propuesta de integración en la lucha por alcanzar los objetivos de seguridad y soberanía alimentaria, contra el hambre, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
Con la visión, sueños, luchas incansables y el ejemplo inclaudicable del Comandante Chávez, Fidel, Bolívar, Martí y Sandino, elAgroAlba surge como un proyecto y alianza liberadora en la producción agropecuaria, pesquera y acuícola, en el aprovechamiento de las capacidades y experiencias de nuestros pueblos hacia la utilización sostenible y eficiente de los recursos naturales que se traduzcan en libertad, soberanía, dignidad y bienestar general.