En el 87 natalicio de Carlos Fonseca Amador
Nacido para vencer

En el 87 natalicio de Carlos Fonseca AmadorNacido para vencer

El día que su madre doña Agustina Fonseca Úbeda lo trajo al mundo, nadie sospecharía que aquel tierno larguirucho de ojos azules, nacido en una situación de extrema pobreza, en la Matagalpa de los años 30, llegaría a influir tanto en la vida política, económica y social de Nicaragua con sus ideas revolucionarias, que conquistaron la mente y el corazón de centenares de hombres y mujeres integrados en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN.

Carlos Alberto, le llamaría al muchachito y llevaría el apellido de su madre Fonseca, porque Fausto Amador, adinerado hacendado y hombre de confianza del dictador Anastasio Somoza, a quien le administraba varios negocios, no lo reconoció como su hijo y en esos años dictatoriales no había ley de protección a la infancia.

Nació en el barrio El Laborío el 23 de junio de 1936 y desde su niñez se destacó y brilló con luz propia en las aulas escolares de la Escuela Superior de Varones de Matagalpa, donde ingresó a los 6 años de edad. A los 9 años combinaba sus responsabilidades vendiendo caramelos de nancite y cajetas por las calles las que elaboraba doña Faustina, para medio darles de comer a sus hijos.

También vendió periódicos y fue un devorador de libros, de donde comenzó a nutrir su pensamiento. Junto a su amigo y compañero de lucha Tomás Borge, descubrieron interesantes libros entre otros a Tomás Moro, Howard Fast, John Steinbeck y Reportaje al Pie de la Horca, del periodista checo Julio Fusik, en la que narra los desgarradores momentos vividos en las prisiones nazis de Adolf Hitler. El testimonio cuyas letras salieron clandestinamente de las celdas del fascismo fue publicado en 1945, dos años después de su asesinato, al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

En la secundaria en el Instituto Nacional del Norte, se destacó como excelente alumno y se inclinó por la literatura escribiendo artículos en la revista Segovia, que por su propia iniciativa fundó y la sostuvo con la colaboración de cercanos amigos. La mayoría de los artículos sin firma eran autoría de Carlos Fonseca, en algunas ocasiones publicó secciones satíricas con el seudónimo de CAFATERIAS o CARFONAS, utilizando para ello las siglas de su nombre y apellido.

En esos años quizás fue el único estudiante que se leyó una colección de la historia de los Estados Unidos de América, probablemente para conocer con dominio propio la esencia del capitalismo y las entrañas del imperialismo.

En su adolescencia el joven Carlos despuntó como una promesa escribiendo poesía y se interesó en conocer a los poetas, periodistas e intelectuales de la época entre otros a Manolo Cuadra, Marcos Altamirano, al doctor Carlos Arroyo Buitrago, Ramón Gutiérrez (quien lo introdujo en el estudio y análisis del Marxismo- Leninismo), Raúl Leclair, Cipriano Orúe, Francisco Buitrago Castillo, Gilberto Rodríguez, entre otros.

En 1955 Fernando Rivas en la Revista Segovia números 6 y 7 de enero y febrero de ese año presentó a Carlos como un poeta junto a Mercedes Prado y Raúl Leclair, como los verdaderos representantes de la poesía vanguardista del país.

Fonseca también se dedicó al estudio de la obra poética de Pablo Antonio Cuadra (PAC) y de José Coronel Urtecho, de este último escribió sobre su obra Rápido Tránsito: “Ha expuesto de manera genial la vida y obra de la gente de los Estados Unidos…a través de ese libro se conoce San Francisco de California, las aguas del Misisipi y un poco de la historia del Río San Juan”.

Emigró a Managua después del bachillerato

Concluido el bachillerato el 4 de marzo de 1955, donde fue distinguido con la Estrella de Oro, por destacarse como el mejor alumno de su promoción, Carlos emigró a la capital encontrando apoyo en el Instituto Central Ramírez Goyena, bajo la dirección del educador chontaleño Guillermo Rothschuh Tablada, quien le dio empleo y la misión de formar una biblioteca.

En 1956 viajó a León, se matriculó en la Facultad de Derecho, en cuyas aulas comenzó a destacarse como un potencial dirigente revolucionario. El 21 de septiembre de ese año, el poeta Rigoberto López Pérez, ajustició al dictador e iniciador de la dinastía, Anastasio Somoza García, durante una fiesta en la Casa del Obrero. Seis días después el joven Carlos fue capturado en Matagalpa y sufrió cárcel por 50 días.

A Moscú al VI Festival de la Juventud y los Estudiantes

Carlos viajó a Moscú el 3 de julio de 1957 como delegado al VI Festival de la Juventud y los Estudiantes y el 16 de agosto participó en el Congreso en la ciudad de Kiev. Luego visitó la República Democrática Alemana (RDA), durante la llamada Guerra Fría, cuando Alemania se encontraba dividida.

En su estadía en Moscú, utilizó el seudónimo de Pablo Cáceres y fue conocido por los y las moscovitas que lo atendieron y sirvieron de intérpretes como “Pablito”, a quién describieron como un muchacho serio y observador y muy preguntón. Todo lo quería saber. En Leningrado, hospedado en el Hotel Astoria, una noche celebró a lo grande el lanzamiento del primer Sputnik (satélite) lanzado al espacio por los soviéticos.

El 16 de diciembre de 1957 al regresar a Managua por el antiguo Aeropuerto Las Mercedes, fue detenido por agentes de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), quién lo interrogó fue el entonces teniente G.N Carlos García, posteriormente conocido dirigente del béisbol nacional. Ese interrogatorio y otras vivencias las relata el jefe revolucionario en el libro Un nicaragüense en Moscú.

De los rusos el joven Carlos se maravilló de escuchar de niños y adultos que todos deseaban que la paz llegara a todos los humanos en el planeta tierra. Mir, Mir, Mir (paz en ruso) fue una palabra que se le grabó a quién sería el guerrillero clandestino más buscado por la guardia somocista.

La dictadura somocista en varias ocasiones deportó a Guatemala, a la zona del Petén al joven Carlos Fonseca. En 1959, recién el triunfo de la Revolución Cubana, en Nicaragua se organizaron varios movimientos armados en contra de Somoza. Uno de ellos fue el comandado por el ex teniente G.N Rafael Somarriba, quién contaba con el apoyo del comandante Ernesto “Che” Guevara, no solo en armas y apoyo financiero también con algunos experimentados combatientes cubanos.

Esa guerrilla conocida como El Chaparral, fracasó porque Somoza y el ejército hondureño se confabularon para atacar a los guerrilleros que se encontraban en una hondonada en el borde fronterizo con Nicaragua. Carlos Fonseca recibió un balazo que le perforó un pulmón.

Logró sobrevivir y conducido a un hospital en Tegucigalpa. Posteriormente viajó a Cuba, donde se reestableció. Una vez recuperado viajó a Costa Rica y posteriormente a Venezuela, país en el que participó en una convención del Frente Unitario Nicaragüense (FUN) donde firmó como delegado del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), un documento unitario contra la dictadura.

Propone llamar Sandinista al FLN

En junio de 1961, en una reunión en Honduras, con la participación de Tomás Borge, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz (El Cuje) el coronel Santos López, Bayardo Altamirano López y Noel Guerrero Santiago, es Carlos Fonseca quien propone que la organización Frente de Liberación Nacional (FLN) pase a llamarse Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Hasta 1963 el propio Carlos dio a conocer públicamente el surgimiento del FSLN como la organización político-militar que conduciría la lucha en contra de la dictadura somocista. En el camino se fueron sumando valiosos e importantes cuadros que contribuyeron con su empeño y sacrificio inspirados por el valor, la destreza y la capacidad revolucionaria del principal fundador y jefe de la Revolución Popular Sandinista, a que 20 años después de lucha se lograra el triunfo sandinista.

Carlos Fonseca nació para vencer, derrotando todas las adversidades de la vida y la sociedad en los años que le correspondió formarse, destacándose por su indoblegable voluntad de intelectual, poeta, guerrillero, jefe fraterno, hijo, hermano, esposo y padre.

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