“Yo, sí puedo” la segunda alfabetización en Nicaragua

"Yo, sí puedo" la segunda alfabetización en Nicaragua

Oscar Robelo

Para el incansable luchador por la alfabetización, Orlando Pineda, maestro de generaciones, la aplicación del método cubano, “Yo, sí puedo” fue la segunda gran Cruzada Nacional de Alfabetización en Nicaragua, realizada por los jóvenes en la década de los 80 después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio de 1979.

Pineda afirmó lo anterior con motivo de la celebración del 42 aniversario de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA) Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua, desarrollada del 23 de marzo al 23 de agosto de 1980.

El método de alfabetización “Yo, sí puedo “ es un método cubano para la alfabetización de adultos desarrollado por la pedagoga Leonela Relys a solicitud del comandante Fidel Castro. Entre el 2002 y el 2016 se ha alfabetizado a casi diez millones de personas de 30 países.

En América Latina ha sido aplicado con éxito en Argentina, Venezuela, México, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Haití y Colombia. Cuba, Venezuela y Bolivia quedaron incluidos como “países libres de analfabetismo”, un reconocimiento certificado por la UNESCO para los países cuya tasa de analfabetismo es inferior al 4%

El material docente del método consiste en la cartilla, el manual y 17 vídeos donde están las 65 clases. El tiempo que dura la acción educativa es variable ya que el método es muy flexible. Desde un máximo de tres meses hasta siete semanas, en forma intensiva. Hay alguna experiencia de realizarlo en un mes de forma muy intensiva con personas dedicadas en exclusiva al mismo.

El maestro Orlando Pineda, presidente de la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador, (AEPCFA) dijo que la (CNA) creó las bases para bajar los índices de desgracia que nos había dejado Somoza, no de pobreza, porque el Frente Sandinista de Liberación Nacional sabía perfectamente que no podía avanzar económicamente con un pueblo iletrado, porque es un pueblo que no avanza, en cambio el pueblo letrado aprende, avanza y logra su objetivo.

Una alfabetización diferente

La CNA no es una cruzada para enseñar a leer, es una cruzada con un pensamiento político y económico, que creaba las bases para bajar los índices de analfabetismo, esos 115 mil jóvenes que se fueron a las distintas montañas algunos sabían y otros no, pero en la montaña sí se dieron cuenta, que era crear el fundamento principal para lograr salir de la oscuridad y una vez que se salió de ella se ve bien el entorno político, económico y social.

Agregó que sentando esas bases lo demás era más fácil, esos 115 mil jóvenes a la hora de regresar vinieron con una gran euforia, el FSLN, nuestra revolución hubiese logrado bajar los índices de pobreza del año 80 al 90 por la euforia que había, pero durante el somocismo sólo estaba la Escuela Normal de Jinotepe, fue hasta después de la CNA había escuela de magisterio en cada departamento, con miles de alumnos; la UNAN-Managua y la UNAN-León abrieron sus puertas para las carreras de ciencias de la educación, todos esos muchachos querían estudiar magisterio para volver a la montaña.

Una gran mayoría de jóvenes estudiaron medicina, odontología y otras carreras para regresar a la montaña, entonces había los elementos fundamentales para lograr no sólo bajar los índices de pobreza, de desgracia sino también los elementos para poder lograr declarar a Nicaragua el primer territorio libre de analfabetismo después de Cuba.

El educador señaló que en los años 80-90 no se hizo porque no se puede avanzar y defenderse, había que priorizar la defensa y el avance, nuestra revolución tomó la decisión de defendernos e ir avanzando en los departamentos en que se podía y por eso se ve que en algunos departamentos sumamente de guerra no se pudo avanzar.

Criticó la falta de interés en algunos lugares, Managua pudo haber avanzado, no estaba en guerra, pero no así Jinotega, Estelí, Chinandega, León. “Me parece que desde el año 80 al 90 no pudimos avanzar tanto en el campo de la alfabetización, bajar los índices del 12.9% al menos del 5% por culpa de la agresión del imperio norteamericano, si no hubiéramos tenido guerra el FSLN hubiera dado un gran ejemplo en América Latina”.

En ese entonces la UNESCO estaba interesada en bajar los índices de analfabetismo en América Latina que estaba aumentando y lo llamó “el proyecto principal”. En 1965 en México llamó a todos los presidentes de América Latina, algunos llegaron otros no, por supuesto el de Nicaragua no llegó, pero envió a su ministro y les explica que el analfabetismo está creciendo y que América Latina no es la excepción y les explica la situación y se comprometieron a declarar sus territorios antes del año 2000 libres de analfabetismo, lo que no se logró y Nicaragua era uno de los peores.

UNESCO observa logros

El presidente de AEPCFA sostuvo que en 1980 la UNESCO ve el impacto de Nicaragua y observa esos grandes avances de bajar los índices de analfabetismo del 64% al 12.9%, se logró, donde casi sólo 34 personas por cada 100 sabían leer, que 13 personas de cada 100 no supieran leer y les mostró a los países ricos que Nicaragua recién el triunfo de la Revolución alfabetizó a casi medio millón de personas, por lo que bautizó a la CNA como “la movilización y participación más grande del siglo”.

El profesor Pineda argumentó que se pudo del 80 al 90 haber bajado los índices de pobreza, porque la CNA logró organizar posiblemente más de 30 mil cooperativas en todo el país, lo que significó que éstas se iban a inclinar a producir, pero los cooperados tuvieron que ir a la guerra a defender la patria y el proyecto se nos vino abajo, sin embargo, seguimos adelante y desde 1990 no se paró ni un solo minuto en atender al pueblo en salud, en educación y ahora que estamos en el gobierno es el momento de ir avanzando pese a los 16 años que nos hizo perder el neoliberalismo.

Euforia del “Yo, sí puedo”

Dijo que a 42 años de la CNA miles tienen el entusiasmo en las venas, esa euforia con la que venimos todavía la tenemos y se ha multiplicado en miles y miles de jóvenes, la prueba es la euforia del “Yo, sí puedo “que para mí fue la segunda cruzada nacional para los jóvenes de pelo negro hasta nuestros días, los de pelo blanco tuvimos la nuestra en 1980”.

Cuando el comandante Daniel y la compañera Rosario anuncian que para el año 2026 tenemos que bajar los índices de pobreza están en lo correcto, pero todo eso tiene que estar acompañado con que podamos seguir luchando en la educación, el CNU abriendo universidades en la montaña, porque es a través de la educación que vamos a lograr producir, educando y produciendo es que vamos a bajar los índices de pobreza, pero el gobierno no puede solo, cada hombre, cada mujer, cada ciudadano, cada familia, cada alcalde lo tiene que acompañar por ese camino para bajar los índices de pobreza de nuestro país y lo vamos a lograr.

“Un alfabetizador de 42 años que no se ha detenido ni un solo momento recomienda que con el aporte del MAGFOR, del INTA y del MEFCCA se tiene que lograr que las distintas cooperativas y los campesinos puedan enrumbarse a producir rubros económicos que dejen ganancias para las familias, para el municipio, la región y para la patria” señaló.

Indicó que los técnicos de agricultura y ganadería de las tres instituciones tienen que aplicar sus conocimientos y hacer uso de las técnicas de educación popular, la comunicación popular, ese es el detalle para poder avanzar. Preparar a la gente cómo sembrar, cuánto produce económicamente para entusiasmarlo a producir y mejorar la salud, la alimentación de su familia, vienen los impuestos y mejora el municipio, lo que conlleva a más carreteras y otras cosas, así podemos salir de la pobreza.

Explicó que esto es una alfabetización distinta, de comunicación popular donde tenemos que lograr que el conocimiento también llegue a la población indígena, nunca nadie se había preocupado para que los pueblos originarios tuvieran su escuela de computación, Nicaragua tiene una en la Isla Ramaki, para los pueblos ramas; una en Españolina, para los indígenas mayagnas de Rosita y Bonanza; otra en Musawás, en el corazón del Bosawás y otra en Lawa, “somos los únicos en el mundo que tenemos escuelas de computación para los pueblos originarios”. Además, hay una escuela de ciencias de la educación en Musawás, capital mayagna y una escuela de agricultura y ganadería en Tiktikkaanu en el Caribe Sur.

“Con esos ejemplos deberían de aprender otros pueblos de América y del mundo y decir ese pueblo que va caminando sobre sus propios horizontes dejémoslo en paz, dejémoslo luchar solito y no lo molestemos”, concluyó.

¿Quién es Pineda?

El maestro Orlando Pineda nació en Bonanza, Caribe norte de Nicaragua, se graduó de maestro de primaria, ha estado 54 años al lado del pueblo, esa fue su mejor universidad. Es un apasionado, un loco enamorado de la alfabetización. Vio la vida dura de los mineros que morían de tuberculosis y silicosis entre ellos su padre, lo que le indicó que tenía que luchar por esa causa.

Se integró al Frente Sandinista en los años 66-67, hacía pintas en los cines Margot y el Salazar con “Muera Somoza”. En 1969 enseñó a leer en Bonanza a unas 12 personas. Para la CNA la Dirección Nacional del FSLN lo trasladó en 1980 de Bonanza a Rama, Nueva Guinea y Muelle de los Bueyes.

Por su ardua labor en la alfabetización ha recibido múltiples reconocimientos, el último fue la Orden Augusto César Sandino Batalla San Jacinto. Portador de la Orden Carlos Fonseca, José Benito Escobar, 25 Aniversario, Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. También ha recibido reconocimientos de la Asamblea Nacional y de otras instituciones. Se declara sandinista de nacimiento por ser hijo de una madre campesina y padre minero.

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