En el 89 aniversario del natalicio del bibliotecario de los ojos azules.
Carlos Fonseca Amador, conciencia revolucionaria y convicción libertaria

Carlos Fonseca Amador, conciencia revolucionaria y convicción libertaria

Emilio Zambrana (*)

“De alguna manera era un místico. Carlos tuvo la lucidez de colocar tempranamente a Sandino como parte sustantiva de la nueva etapa de lucha que se abrió después del ajusticiamiento del tirano y del triunfo de la revolución cubana. Su paciencia y terquedad para estudiar la propia historia”. (Dr. Aldo Díaz Lacayo, quien yace en la Inmortalidad, como Carlos Fonseca Amador).

A 89 Años del natalicio de Carlos Fonseca Amador, el compromiso que se asume y se ratifica por parte del pueblo nicaragüenses es el de honrar su legado, reflejado en un servicio eficiente y eficaz a las familias nicaragüenses, a la juventud, manteniendo el patriotismo que lo caracterizó, en el contexto de unas efemérides que se ubica en la historia nicaragüense y en su identidad cultural, como una analogía de entrega, sacrificio por la libertad de un pueblo.

Carlos Fonseca Amador (1936-1976) destacado escritor, político, intelectual historiador, revolucionario y bibliotecario, fue fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) junto, entre otros, a Tomás Borge Martínez, Silvio Mayorga, Germán Pomares Ordóñez, Rigoberto Cruz (Pablo Úbeda), Jorge Navarro y Francisco Buitrago.

Tres años después  de su muerte en combate contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, heredero de Anastasio Somoza García, una gran parte de la población nicaragüense apoyó a los guerrilleros sandinistas y entraron triunfantes en   Managua,   poniendo fin al periodo dictatorial de la familia Somoza. Ha recibido póstumamente los títulos de Héroe Nacional de Nicaragua y Comandante en Jefe de la Revolución Popular Sandinista.

Nicaragua entera, bendita y siempre libre, celebra este 23 de junio (Día del Padre) el 89 aniversario del natalicio de un hombre que desde muy joven elevó su voz y sus acciones con su pensamiento y compromiso con la Historia de Nicaragua, manteniéndose incólume su legado y vigente como una guía invaluable para las nuevas generaciones de jóvenes.

Un aporte que resulta imprescindible releer y, leer por vez primera, sobre todo a la juventud, para poder entender y, por lo tanto, personificar el pensamiento revolucionario en las nuevas batallas que continuamos librando en contra de esas víboras que no lograron ni lograrán borrar el legado de ese joven, el bibliotecario de ojos azules que con su lucha encendió la alborada que ahora vivimos.

Su pensamiento, su ejemplo, su mística, es hoy la llama que mantiene viva la luz de la lucha  libertaria que, por la justicia, la democracia, la paz y la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños, hoy libra el Frente Sandinista de Liberación Nacional con nuevas generaciones de mujeres y hombres, de una juventud “divino tesoro” heredara de los ideales y el espíritu de lucha inclaudicable de Andrés Castro, Rubén Darío, y el General de Hombre y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino.

De un pueblo que, desde estas tierras benditas por Dios,   enarbola   sueños y esperanzas, diciendo con Sandino “mientras Nicaragua tenga hijos que la amen, Nicaragua será libre”.

En permanente búsqueda de la justicia

Carlos fue un revolucionario, intelectual y escritor, reconocido por su profunda formación académica y su compromiso con la lucha por la justicia social. Desde una de sus trincheras, el de bibliotecario, logró interesar y formar a jóvenes en la lectura y en la lucha revolucionaria. Con una formación académica apreciable, agregó a su vigor intelectual un compromiso con la formación educativa a través de la lectura.

El comandante Carlos Fonseca nació en Matagalpa el 23 de junio de 1936. Surgido en el seno de una familia con dificultades económicas, a los 6 años de edad inicia sus estudios primarios en la Escuela Superior de Varones en esta ciudad. Para contribuir a la economía familiar, con tan solo 9 años, vende caramelos de nancite y periódicos.

En 1950 comienza la secundaria en el Instituto Nacional del Norte de Matagalpa. Pese a sus limitaciones materiales, se destaca por su capacidad y responsabilidad, era sumamente estudioso y se perfila como dirigente estudiantil. Además, organiza el Centro Cultural del Instituto Nacional del Norte y el Comité Estudiantil.

Por su   responsabilidad,   compromiso y dedicación con sus estudios, logró graduarse con honores de la secundaria el 4 de marzo de 1955 y ser galardonado con la Medalla Estrella de Oro, otorgada al mejor bachiller. Posteriormente, se traslada a Managua para continuar con sus estudios, donde también se desempeñó como inspector y director de la Biblioteca del Instituto Miguel Ramírez Goyena, por lo que el Día del Bibliotecario Nicaragüense es una efeméride en la que se le rinde homenaje.

Por su   responsabilidad,   compromiso y dedicación con sus estudios, logró graduarse con honores de la secundaria el 4 de marzo de 1955 y ser galardonado con la Medalla Estrella de Oro, otorgada al mejor bachiller. Posteriormente, se traslada a Managua para continuar con sus estudios, donde también se desempeñó como inspector y director de la Biblioteca del Instituto Miguel Ramírez Goyena, por lo que el Día del Bibliotecario Nicaragüense es una efeméride en la que se le rinde homenaje.

En 1956 se matriculó en la Facultad de Derecho en León y en 1957 participó en el VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes realizado en Moscú, en el Congreso de Kiev y en el Congreso de Estudiantes por la Paz y la Amistad en Leipzig; como resultado de esta experiencia escribió el libro Un nicaragüense en Moscú. También visitó varios países de Europa y América antes de regresar a Nicaragua el 16 de diciembre, cuando fue detenido por la Guardia Nacional.

En 1958 firma el Programa Mínimo del partido Movilización Republicana, que pide amnistía general y retorno de exiliados, pronuncia el discurso de apertura del curso universitario, interviene en la jornada de repudio a la visita del funcionario estadounidense Milton Eisenhower.

Como secretario del Centro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma (CUUN), organiza asambleas estudiantiles exigiendo la libertad de profesores universitarios y del estudiante Tomás Borge. Estas y otras acciones encaminadas en los siguientes años a la búsqueda permanente de justicia, lo llevaron a ser detenido y exiliado en varias ocasiones.

Estudioso de los movimientos revolucionarios

En 1961 funda, con Germán Gaitán y Julio Jerez, el Movimiento Nueva Nicaragua (MNN) que tenía tres células: Managua, León y Estelí. Este Movimiento es el que denuncia los preparativos para la invasión de Playa Girón en Cuba y publica el primer ideario de Sandino, seleccionado por él.

Este mismo año, junto con el comandante Tomás Borge Martínez, Santos López, Silvio Mayorga y Faustino Ruiz, funda el Frente Sandinista de Liberación Nacional en reconocimiento al legado nacionalista y antimperialista del General de Hombres y Mujeres Libres. Este movimiento surge con el propósito de derrocar a la dictadura somocista e instituir un gobierno revolucionario.

Carlos se dedica completamente al trabajo político, organizativo y militar. Para ello, estudió el movimiento guerrillero nicaragüense y las luchas revolucionarias de otros pueblos latinoamericanos. En su formación influyeron escritores como Tomás Moro, John Steinbeck, Carlos Marx.

En 1964 es detenido durante seis meses, al momento del juicio mostró sus cicatrices como evidencia de la tortura que sufría y que le daban el derecho a expresarse con fundamento. En 1966, luego de haber sido deportado, regresa a Nicaragua como secretario del FSLN. Junto con José Benito Escobar, Daniel, Humberto Ortega y otros dirigentes intensifican el trabajo en los barrios de Managua y fortalecen el movimiento estudiantil, a la vez que determina hacer los preparativos necesarios para implementar la lucha armada en la ciudad y en el campo.

Carlos Fonseca Amador murió luchando por ver una Nicaragua Bendita y Siempre Libre en la que su pueblo gozara de mejores condiciones de vida, puesto que el acercamiento con su entorno le hizo ser testigo de las desigualdades e injusticia social en la que evidenció la pobreza y la negación a la salud, a la educación y otros derechos inalienables que actualmente son una realidad  con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista y que continúan liderados por los Copresidentes, comandante Daniel Ortega Saavedra y la compañera poeta Rosario Murillo Zambrana.

Al comandante Fonseca Amador se debe la frase célebre ¡Y también enséñenles a leer!, que muestra su preocupación por la educación como base fundamental del desarrollo de cualquier nación y que fue referente en el inicio de la lucha contra el analfabetismo en todo el territorio nicaragüense, lo cual se logró con la Cruzada Nacional de Alfabetización.

Sucintas estelas de un revolucionario

De niño escucha hablar del General Sandino y durante su juventud estudia su trayectoria de lucha y su pensamiento. La historia oficial señalaba al General Sandino como bandolero, cuando en realidad fue un patriota, por lo que le rescata y lo convierte en el símbolo del movimiento revolucionario. En sus escritos recuerda: “Tenía 10-12 años y ya oía hablar de Sandino, se decía que un pariente remoto de la familia había estado en la guerrilla con él y había sido asesinado en la Cuesta del Coyol, junto con otros muchachos rebeldes”.

Desde muy joven, toma la decisión de entregar sus energías y su tiempo para luchar por el cambio revolucionario de sistema en Nicaragua, donde el pueblo tuviera participación en la distribución de la riqueza y, sobre todo, acceso a la educación. La lucha revolucionaria fue el objetivo de su vida. Con pasión, inteligencia y dedicación cumplió la tarea que él mismo se había impuesto. Luchador revolucionario de tiempo completo, hasta ofrendar su vida por ese ideal.

El doctor Aldo Día Lacayo, un eminente analista, ante la partida de esos seres extraordinarios y sin límites, escribió: “lo único que podemos hacer es estudiar su pensamiento, su vida, sus enseñanzas, y hacerlas nuestras…”.

¿Cómo puede morir quien su nombre impregnó las páginas de la Historia de Nicaragua? Ciertamente, como lo nombró el comandante Tomás Borge: “Carlos Fonseca es de los muertos que nunca mueren”.

Finalmente, para conocer el legado del “Padre de la Revolución”, hay que retroceder en la Historia y a la Identidad Cultural de nuestro inmortal bibliotecario de los ojos azules y que los nicaragüenses nos dejemos cautivar por la determinación, humildad, sencillez e intelectualidad del continuador del ideario del General Augusto C. Sandino.

Obras de Carlos Fonseca Amador

  • Un nicaragüense en Moscú (1958)
  • Breve análisis de la lucha popular nicaragüense contra la dictadura Somoza (1960)
  • Desde la cárcel Yo acuso a la dictadura (1964)
  • Nicaragua Hora Cero (1969)
  • Sandino Guerrillero Proletario (1972)
  • Reseña de la secular intervención norteamericana en Nicaragua (1972)
  • Notas sobre la Carta-testamento de Rigoberto López Pérez, en revista Casa de las Américas (1972)
  • Crónica secreta: Augusto César Sandino ante sus verdugos (1974)
  • ¿Qué es un Sandinista? (1975)
  • Notas sobre la montaña y algunos otros temas (1976)

(*) Poeta, Escritor y Periodista

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