La muerte les interrumpió ver el triunfo

La muerte les interrumpió ver el triunfo
  • A los Héroes de Veracruz, en León

Era un lunes 16 de abril de 1979 en León, usualmente caluroso y seco. El Estado Mayor del Frente Sandinista, tendencia insurreccional, también llamados tercerista convocó a una reunión de urgencia en una casa de seguridad del reparto Veracruz.

La urgencia era para planificar acciones armadas en León y Chinandega que restaran fuerza a la Guardia Nacional de Somoza que combatía a la guerrilla en la segunda insurrección en la ciudad de Estelí, dirigida por Francisco Rivera el “Zorro”, en la Semana Santa de ese año.

La noche anterior, el domingo, parte del Estado Mayor integrado por Roger Deshón Argüello, Carlos Manuel Jarquín “Chinto”, Edgard Lang Sacasa, Araceli Pérez Darías e Idania Fernández, se encuentran en una casa de seguridad en el barrio El Laborío.

La casa de dos pisos pertenecía a un oficial médico de la Guardia Nacional de servicio en Chinandega, cuya esposa facilitaba el local dejando una seña en una de las ventanas cuando no se encontraban para ser utilizada por los clandestinos sandinistas.

Esa noche descrita como “maravillosa” por Ana Isabel Morales (única sobreviviente de la masacre) porque fue de conversación dónde hablaron y confesaron sus amores, del cariño por los hijos, a las familias, a las madres que sufrían por sus ausencias y ante el inminente peligro de ser capturadas o asesinadas en el peor de los casos.

Ana Isabel Morales hasta hace algunos años se desempeñó como Ministra de Gobernación, cargo que asumió en 2007. Es abogada y notaria. En la guerra de liberación fue conocida como la comandante Lucía. Hablaron también del presente, del futuro de la lucha armada que se encontraba sin saberlos a escasos meses del triunfo de la revolución. ¿Quizás una premonición de lo que les aguardaba el destino? Metidos todos en un cuarto con aire acondicionado corearon canciones de la lucha revolucionaria acompañados de la guitarra y la voz de la guerrillera Idania Fernández. A esa cita asistieron Dora María Téllez y Leticia Herrera. No asistió el jefe insurrecto
Oscar Pérezcassar, conocido como el “gordo Pin”.

La hora fatídica

A Carlos Manuel Jarquín, conocido como “Jacinto” experimentado guerrillero segoviano, le encargaron comunicar y convocar de urgencia al resto de miembros del Estado Mayor a la reunión fijada por el “Pin” a las 4 de la tarde de ese fatídico y caluroso día.

“Chinto” salió en un automóvil por las calles a recoger en diferentes puntos a la gente convocada para planificar acciones en la ciudad de León que golpearan a la guardia de Somoza y restaran presión sobre la guerrilla que mantenía tomada la ciudad de Estelí, cuya población era víctima del bombardeo aéreo.

El teléfono de la casa de Veracruz repicó, “Pin”, responsable del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, atendió la llamada. Era la voz agitada de Fanor Urroz, también miembro del Estado Mayor quién se retrasó a la hora fijada de la cita. Le informaba y alertaba que al salir de su casa observó a un convoy de guardias nacionales y una tanqueta que probablemente se dirigía hacia donde se reunía el Estado Mayor de la guerrilla sandinista en Occidente.

Al momento de la reunión todos los clandestinos se encontraban desarmados. Habían acordado que de día se movían sin armas, las que portaban de noche o cuando tenían algún operativo. Por la premura de la reunión y no llevar armas ni contar con un comando de apoyo y resguardo a los guerrilleros les costó caro haber violentado esas fundamentales normas de seguridad de la vida clandestina.

Tras la llamada telefónica de Fanor se asomaron por la ventana y observaron que estaba llegando el contingente de guardias con la tanqueta. Oscar Pérez Cassar ordenó que un grupo saliera de la casa mientras él junto a ´Roger Deshón buscaban unas armas que se encontraban en otra casa cercana. En esa época por acuerdo de vecinos las casas se comunicaban a través de huecos en las paredes para evitar exponerse en caso de bombardeos y salir a las calles.

Los guardias rodearon la zona y para intimidar y afectar psicológicamente comenzaron a disparar sus armas al aire.
Ana Isabel Morales logró escapar hacia la casa vecina donde las empleadas cuidaban a un grupo de niños que lloraban histéricos al escuchar los gritos y balazos de los guardias. Ana Isabel en un acto de sobrevivencia tomó entre sus brazos a una desconsolada niña la que se aferró a ella. Un guardia al notar que usaba lentes le preguntó quién era y le dijo que era la empleada que cuidaba a la niña.

Según el testimonio de Ana Isabel, a Oscar Pérezcassar y Roger Deshón los capturaron y asesinaron a orillas de una
piscina de una de las casas vecinas, luego de ser capturados por los gendarmes. Iguales suertes corrieron los otros cuatro compañeros, Carlos Manuel Jarquín, Idania Fernández, Edgard Lang y Araceli Pérez, quienes al parecer se habían refugiado en una habitación.

Momentos después entraron unas camionetas de tina donde transportaron los cuerpos de los sandinistas asesinados, que la Guardia Nacional en un comunicado dio como muertos en un enfrentamiento. Todos fueron llevados a la morgue.

Minutos después que la tropa de la guardia se había retirado a su cuartel llegaron varias escuadras armadas de combatientes sandinistas dispuestas a repeler y enfrentar a los guardias, pero ya todo había pasado, era tarde.

El Estado Mayor del Frente Sandinista había caído convirtiéndose en los Héroes y Mártires de Veracruz, ese caluroso verano de 1979, cuando faltaban tres meses y tres días para el derrocamiento de la sangrienta dictadura somocista.

A la dueña de la casa se le desgajó la quijada del miedo

En todo el vecindario reinaba el caos y la zozobra. Mientras los guardias desconfiaban de Ana Isabel, las empleadas le preguntaron su nombre calladito y les dijo, “Julia”, fue entonces cuando los niños comenzaron a llamarle “tía Julia, tía Julia”, porque les dijeron a los gendarmes que era pariente de los dueños de la vivienda.

En medio de los disparos, los gritos y la desesperación ante la inminente muerte se apareció en un carro la dueña de la vivienda sorprendida al ver invadida su casa de guardia nacionales y a sus hijos llorando aterrorizados.

Cuándo los guardias le preguntaron a la atribulada señora si era pariente de “Julia”, la asustada mujer no logró articular palabra y del temor se le desgajó la quijada, situación que le provocó una especie de asfixia, lo que distrajo la atención de los guardias olvidándose de la sospechosa “tía Julia”.

Oscar Perezcassar “Gordo Pin”. Nació el 13 de noviembre de 1953 en León. Fue fundador del Movimiento Cristiano Revolucionario. Fue egresado de bachiller en ciencias y letras en el Colegio La Salle.

Se integró al FSLN en 1972 y en 1975 pasó a la clandestinidad. Al momento de su asesinato en la masacre de Veracruz era el responsable del Frente Occidental Rigoberto López Pérez.

Idania Fernández “Angelita”. Nació el 23 de julio de 1952 en Managua. Se bachilleró en el Colegio Francés el Sagrado Corazón, de la capital. Después del terremoto de 1972 salió con su familia rumbo a Panamá. En 1975 nació su hija Claudia.

Desde joven se integró al comité de solidaridad con Nicaragua. En 1978 renuncia a sus estudios y a la comodidad
de su vida, para integrarse directamente a la lucha.

Se integró en el Frente Sur, donde fue morterista. En un ataque a la guardia en el puesto de Peñas Blancas, estuvo
a punto de perder una mano al manipular el mortero. Al momento de su muerte estaba integrada en los preparativos
de la insurrección final.

Araceli Pérez Darías “Tere”, “Pilar”, Argentina”. Nació en España en 1945 y nacionalizada mexicana, país donde residió. Era graduada con amplia experiencia en psicología. En 1975 inició su vinculación con el FSLN con el Comité de Solidaridad. En 1976 se trasladó a Honduras donde se le asigna la responsabilidad de manejar casas de seguridad. Recibe alta preparación y entrenamiento militar. En 1977 ingresó a Nicaragua y participa en la ofensiva de octubre en los ataques a San Fabián y la toma de Dipilto. En 1978 trabaja organizando células sandinistas en el Occidente del país.

Roger Deshón Argüello “Rogelio”. Nació en 1940, Desde joven estuvo involucrado en actividades anti somocistas. En los años 60 viajó a Moscú, Rusia a realizar estudios universitarios en la Universidad Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba. En 1967 abandonó la universidad para participar con el Frente Sandinista.

En Cuba recibió un amplio entrenamiento en diversas armas y uso de explosivos. En 1971 regresó clandestinamente a Nicaragua atendiendo tareas organizativas en Estelí y Chinandega. El 27 de diciembre de 1974 formó parte del comandado Juan José Quezada, que asaltó la casa de “Chema” Castillo, liberando a varios prisioneros sandinistas.

En esa acción fue el único miembro del comando que resultó con una herida de bala. En 1975 retornó a Nicaragua y subió a la montaña donde la guerrilla sufrió la fuerte represión de la guardia. Salió y llegó junto a un diezmado grupo a Honduras, donde se integró a la tendencia insurreccional. Tomó parte en la insurrección de septiembre de 1978 en León.

Edgar Lang Sacasa “Aurelio”. Nació el 21 de julio de 1955. Se bachilleró en el Instituto Pedagógico de Managua. Estudió agricultura en California, Estados Unidos de América, pero a los dos años los interrumpió para integrarse al FSLN. En 1974 pasó a la clandestinidad. En una emotiva carta que dejó a sus padres les decía que se marchaba a la montaña donde estaban los patriotas y hombres honestos.

Carlos Manuel Jarquín “Jacinto” “Chinto”. Nació en Ocotal, Nueva Segovia en el barrio La Joya el 2 de junio de 1956. Estudió en el Instituto de Ocotal e ingresa al FSLN en 1975, año en el que pasa a la clandestinidad. Estuvo en tareas organizativas en Masaya. En 1977 pasó a Honduras a recibir entrenamiento militar para luego tomar parte en la ofensiva de octubre en el ataque a San Fabián, dirigida por el Frente Norte Carlos Fonseca Amador, al frente de ella el Comandante Daniel Ortega.

3 Comments

  1. Araceli fue amiga mía. Supe de su hermano Cristián que murió en la masacre de León.
    Cristián y Ara se vieron cada día hasta que Ara se haya ido para luchar con los sandinistas.
    Cuando escucho noticias de Nicaragua siempre pienso en ella. En el último tiempo
    me pregunto – y para qué muriste -!
    La echo de menos. Tenía un valor humano incríble.

    Úrsula

    1. Hola Ursula.
      Quizás pudieras compartir en algún blog, algunas anécdotas que pasaste con Araceli, en particular me ha conmovido su entereza y valentía.
      Un abrazo.

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